La Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo ha presentado el Libro Blanco de SAF en una jornada en la que se han vuelto a reclamar ayudas de diferentes tipos para la producción, y el uso de SAF si no queremos que España pierda una gran oportunidad.
La Alianza para la Sostenibilidad del Transporte Aéreo (AST), reúne a 31 empresas y entidades en la misión de ayudar a avanzar en la sostenibilidad del transporte aéreo y su objetivo de ser cero emisiones netas en 2050.
Descartado el uso del hidrógeno a corto plazo, como ya se ha explicado en diversos foros, el SAF, el combustible de aviación sostenible, es la única opción acorto y medio plazo para avanzar en ese objetivo. Esto tampoco es nuevo.
Recordemos, como se ha señalado en la presentación del Libro Blanco de SAF que ha elaborado dicha alianza que, en ese camino de la descarbonización, el 7 por ciento de la reducción se hará mediante medidas que marque el mercado; el 10 por ciento mediante mejoras en las operaciones aéreas e infraestructuras; el 22 por ciento gracias a avances tecnológicos; y el 61 por ciento por el uso de SAF.
En la elaboración de este libro blanco han intervenido 30 personas de 14 de las empresas asociadas en AST. En él, se hace un análisis de lo que es el SAF, y sus implicaciones para la industria del transporte aéreo en España.
Para completar la presentación, AST organizó una mesa redonda con la participación de Mercedes Ballesteros, directora de Energía del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas; Teresa Parejo, directora general de Estrategia Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria y Turismo; Olvido Moraleda, presidenta de la Asociación de la Industria del Combustible de España; Ricardo Rojas, presidente de Aviones Comerciales en España de Airbus; y Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas; y moderada por Margarita de Gregorio, presidenta de AST.
Todos y todas lanzaron mensajes claros. España tiene todo para ser un líder, cuando menos en Europa, en la producción de SAF y otros combustibles equivalentes para otros medios de transportes. Nuestras refinerías son las más adaptables. Nuestra red de oleoductos es de lo más completa. Y tenemos todas las fuentes de materias primas para la producción.
Pero, hace falta una voluntad política en forma de subvenciones y ayudas como se viene reclamando desde hace años. Actualmente se logra un retorno de 1,60 euros por cada euro invertido en SAF.
Con todo, este tipo de combustible sigue siendo de tres a cuatro veces más caro que el keroseno convencional. Y se espera que pueda llegar a costar hasta ocho veces más.
Los ponentes reclamaron para España un plan industrial a largo plazo, que llegue al menos a 2050, y no escasamente a 2030 como ocurre hoy en día, período en el que se estima que será necesario invertir 22.000 millones de euros.
Se reconoció que se están produciendo retrasos administrativos, y se afirmó que si no se actúa ya, España puede pasar de ser potencialmente un país líder y exportador de SAF, a un mero importador.
Ricardo Rojas afirmó que hace falta innovación, pero también velocidad en la innovación. Javier Gándara recordó que 22 países producen el 90 por ciento del SAF mundial. Y es que la próxima década va a ser crítica. Según el plan de ruta de la aviación se va a ir incrementando el uso de SAF. Pero es que en unos pocos años, en 2030, un 1 por ciento de ese SAF deberá ser sintético, y en 2050 el 35 por ciento. Es decir, producido a partir de CO2 capturado, agua y electricidad renovable. Y actualmente en España no hay ninguna instalación para producirlo.
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