Easyjet Lufthansa, Ryanair y los controladores españoles mantienen conflictos que están causando, o causarán, importantes problemas en el cielo europeo durante meses.
Al los enquistados conflictos de Easyjet y Ryanair en el que las direcciones de ambas compañías se niegan a negociar con los sindicatos de sus tripulantes de cabina de pasajeros en España, se ha unido el de Lufthansa y el de los controladores españoles.
En el caso de Ryanair, aerolínea que ya lleva semanas cancelando vuelos por la huelga de sus TCP, se suma ahora además el anuncio de los sindicatos USO y Sitcpla de una convocatoria de huelgas de lunes a jueves desde el 8 de agosto hasta el 7 de enero de 2023.
Según el primero de estos sindicatos, “Desde que se iniciara la primera convocatoria de huelga en el mes de junio, son ya 285 los vuelos cancelados; 2.384 retrasos; más de 50.000 pasajeros afectados; 8 trabajadores despedidos por ejercer su derecho a huelga y más de 70 procesos disciplinarios abiertos contra los trabajadores”.
Ambos sindicatos mantienen que la dirección de la aerolínea no quiere negociar, y que les acusa de pedir aumentos desproporcionados: “Solo reclamamos el cumplimiento de la legislación laboral y que la empresa vuelva a sentarse con nosotros para cerrar un convenio colectivo para losTCP. No pedimos subidas de salario del 167 por ciento como argumenta Ryanair, sino actualizaciones salariales que van desde el 8 por ciento para las categorías superiores hasta el 16 por ciento, para aquellos trabajadores que ni siquiera llegan al salario mínimo interprofesional, como ya ha acreditado Inspección de Trabajo en bases como Girona. Además, la Audiencia Nacional ya condenó a Ryanair por recortes salariales ilegales al inicio de la pandemia, que deben ser restablecidos, algo que Ryanair pretende someter a negociación”, se ha manifestado desde Sitcpla y USO.
Ante esta situación, han pedido su mediación a los ministerios de Trabajo y Economía Social y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana “que han sido ignoradas hasta el momento. Por este motivo, se ha solicitado también al Defensor del Pueblo que actúe para que los ministerios intermedien para la resolución del conflicto o, al menos, argumenten su negativa a actuar contra Ryanair y proteger los derechos de 1.500 tripulantes y miles de ciudadanos”.
En el caso de Easyjet, el conflicto laboral afecta también a los tripulantes de cabina de pasajeros, concretamente a los de las bases de Barcelona, Palma de Mallorca y Málaga. Llevan realizando huelgas desde el 2 de julio de forma intermitente. Los TCP de las bases españolas piden que se les equipare salarialmente y laboralmente a sus compañeros en Francia y Alemania.
Desde USO han acusado a Easyjet de tratar de romper la huelga haciendo vuelos con aviones de otras bases y operando los basados en España con tripulaciones de otras bases desplazadas a España exclusivamente para ello.
A esta huelga podría sumarse pronto otra de los pilotos. La negociación del segundo Convenio colectivo, entre la aerolínea y el sindicato Sepla, se encuentra estancada meses. “Tras más de siete meses, cinco reuniones y tres propuestas sociales presentadas, la Sección Sindical de Sepla en Easyjet tan sólo ha recibido dos propuestas empresariales que no responden a los planteamientos realizados”, han señalado desde Sepla.
En Alemania, el sindicato Vendi, el principal del país, convocó para hoy una jornada de paro del personal de tierra de Lufthansa como aviso a la dirección para que acepte la petición de un aumento salarial del 9,5 por ciento para este colectivo.
Según Lufthansa, esta jornada de huelga (desde las 03:45 del 27 de julio hasta las 06:00 del día 28), les ha obligado a cancelar 678 vuelos en Frankfurt (32 de ellos de salida el 26), y 345 en Munich (15 de ellos el 26), con un total de 134.000 pasajeros afectados. Además han señalado que en los siguientes días a la huelga muy posiblemente deberán cancelar más vuelos.
Lufthansa ha hecho público que ha ofertado al sindicato, para sus trabajadores, “un aumento del salario base de 150 euros al mes a partir del 1 de julio de 2022; un nuevo aumento del salario base de 100 euros al mes a partir del 1 de enero de 2023; Un aumento de la retribución del dos por ciento a partir del 1 de julio de 2023, siempre que los resultados del Grupo sean positivos-(supuesto en cada caso para los cálculos-; y un compromiso adicional de aumento del salario mínimo a 13 euros por hora a partir del 1 de octubre de 2022”.
Con esta oferta, según la aerolínea, la remuneración básica mensual (bruta) supondrá que un trabajador que ahora cobra 2.000 euros, verá esta aumentada en un 14,8 por ciento (295 euros); uno que cobre 4.000 euros, un 8,4 por ciento (335 euros); y uno que cobre 6.500 euros, sumará un 5,9 por ciento (385 euros). Los niveles intermedios de salarios subirán porcentajes que varían según dicho nivel.
Y volviendo a España, el sindicato de controladores USCA anunciaba el pasado 4 de julio que daba un mes extra “de plazo a Enaire para avanzar en la solución de los problemas de falta de plantilla y convenio que han denunciado en los últimos meses. Si la empresa pública que gestiona la navegación aérea no nos plantea medidas en estas cuatro semanas que aporten remedios, se convocará huelga con toda probabilidad”. A este comunicado, siguió otro el 26 de julio en que anunciaban acciones sindicales para agosto “ante el incumplimiento de lo acordado recientemente con la secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera. Desgraciadamente, ante el engaño no cabe negociación alguna”.
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