La NASA pondrá en vuelo en 2021 el demostrador X-59, que servirá para probar como reducir los estampidos supersónicos sobre zonas pobladas.
En la factoría de Lockheed Martin en Palmdale (California) hace un par de meses comenzó el montaje del X-59 QueSST (por Quiet Supersonic Transport) , un demostardor tecnológico para probar tecnologías que ayuden a minimizar las ondas de choque que se forman al volar por encima de la velocidad del sonido. Estas ondas, al llegar a tierra, es lo que se percibe como el estampido sónico, una o varias explosiones, que además pueden causar daños, por ejemplo rompiendo cristales. Este es el principal motivo por el que los aviones no pueden volar por encima de la velocidad del sonido sobre zonas pobladas. Por ello, el Concorde sólo volaba supersónicamente sobre el mar, reduciendo su velocidad a la de un avión convencional cuando volaba sobre tierra.
El rozamiento de una aeronave con el aire al volar la calienta, y cuánto más rápido vuela, más se calienta. El SR-71, por ejemplo, capaza de volar a tres veces la velocidad del sonido está construido en titanio ya que las aleaciones de aluminio tradicionales en la aviación se fundirían a la temeperatura que alcanza el fuselaje a esa velocidad.
El Concorde y el Tu-144 tenían unos protectores térmicos que protegían el parabrisas del calor en vuelo, mientras que los cazas supersónicos, en realidad no pasan tanto tiempo en esta situación y no necesitan tanta protección.
El X-59 destaca por su diseño, que como decimos ayudará a minimizar la formación de esas ondas, pero también por el hecho de que su piloto no tendrá un parabrisas por el que ver el exterior. Es decir, su piloto no tendrá visión hacia delante.
No es el primer avión con esta característica. Uno de los más famosos, el Ryan NYP (NYP por Nueva York – Paris) Spirit of St.Louis, el avión con el que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico, tampoco tenía visión hacia delante. El frontal del avión, estaba ocupado por el motor, un depósito de aceite para el mismo y dos depósitos de combustible. El cockpit iba situado bajo y detrás del borde de salida del ala. Lindbergh tenía que usar un periscopio para ver hacia el frente, o sacar la cabeza por una de las ventanillas laterales.
En el caso del X-59, Lockheed Martin y la NASA han decidido usar una tecnología más moderna: Frente al piloto habrá una gran pantalla de televisión (para entendernos) en la que se le mostrará una combinación de imágen real captada por unas cámaras en el exterior, con una imágen sintética, es decir, procedente de una base de datos, que incluye información adicional. También incluirá información similar a la que ofrecen los presentadores de cabeza alta (HUD por sus siglas en inglés). Bajo esta pantalla, en el lugar habitual, habrá otras pantallas de presentación que la información típica de cualquier avión.
Además de buscar soluciones para reducir el estampido sónico, el X-59 volará supersónicamente sobre diversas zonas habitadas de Estados Unidos para recabar y analizar información sobre las reacciones de los habitantes al estampido sónico reducido. Como parte de estos estudios, la NASA ya ha hecho vuelos con uno de sus F/A-18 volando unas trayectorias muy concretas para reducir el estampido sónico sobre zonas habitadas en las que además se han instalado sensores de varos tipos para medir la intensidad de estas ondas de choque.
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