Desde Boeing dudan de la seguridad del nuevo depósito de combustible que Airbus ha incorporado al A321XLR, el avión con el que quiere sustituir a los Boeing 757.
El Airbus A321XLR está en proceso de certificación. Como parte del mismo, las autoridades de certificación, la europea EASA en este caso, suelen abrir la posibilidad de que terceras partes “comenten” (entiéndase, critiquen) diversos aspectos del diseño del nuevo avión.
Bien, pues ahora, aprovechando esta oportunidad, Boeing, por medio de su director de Estrategia Regulatoria Global, ha realizado un comentario (no la primera vez, ni será la última que un fabricante aprovecha esto para tratar de entorpecer a la competencia), y lo han aireado a los cuatro vientos:
“Los tanques de combustible integrales a la estructura del fuselaje proporcionan inherentemente menos redundancia que los tanques de combustible estructuralmente separados”.
El Airbus A321XLR para lograr su autonomía necesita más combustible que el que puede almacenar en sus alas y en los depósitos extra en las bodegas que Airbus (y Boeing), ofrecen en algunos de sus modelos. De ahí que decidiese incluir otro depósito en el fuselaje justo detrás del ala.
Sin embargo, incluir un depósito “estructuralmente separado” suponía problemas técnicos importantes. De ahí que se eligiese la solución de uno integral (el mismo fuselaje es las paredes del depósito), instalando una serie de paneles aislantes entre el combustible y la parte inferior del suelo de la cabina de pasaje.
Tras el comentario de Boeing, desde EASA se han mostrado de acuerdo con este comentario, señalando que el tipo de depósito elegido por Airbus, y su colocación, podría ser peligroso en el caso de un accidente. El motivo que si el fuselaje se rompe en esa zona, o simplemente se agrieta, el combustible se derramaría y se podría incendiar. También existiría la posibilidad de que, en una toma sin tren, al rozar el fuselaje contra el suelo, este se caliente lo suficiente como para inflamar el combustible, causando una explosión.
El A321XLR, recordemos, ha sido diseñado como un avión con alcance transatlántico, para operar en rutas largas de baja demanda. Su capacidad de pasaje y alcance son similares a los del Boeing 757-200 ETOPS, avión que en su momento reinó en ese tipo de operación. Desde Airbus han señalado continuamente a su modelo como el perfecto sustituto del B-757, mientras que Boeing no dispone de una aeronave capaz de competir en ese segmento en estos momentos. De ahí su preocupación por retardar lo más posible a la Airbus, o por lo menos tratar de “asustar” con un posible problema de seguridad operativa.
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