Desde ministros a sindicalistas, cada vez más voces se están levantando en Reino Unido contra el anuncio de despidos de British Airways.
Boris Johnson, primer ministro británico está entre los muchos que están criticando el anuncio de hace unas semanas de British Airways de despedir a hasta 12.000 empelados poco después de que aplicase un ERTE a otros 23.000.
Las diferentes voces en contra, que incluyen otros ministros y sindicalistas señalan que el sistema de ERTE diseñado por el gobierno británico por la crisis del COVID-19 “no fue diseñado para que los contribuyentes financien los salarios de los empleados, y que esas compañías comuniquen a ese mismo personal su despido durante el período de licencia”.
Concretamente esto fue expresado por Kelly Tolhurs, ministro de Aviación a preguntas recibidas en el Parlamento de Huw Merriman, presidente del comité de transporte de la Cámara de los Comunes.
También señaló que si British Airways estaba abusando del programa de retención de empleos (como el Gobierno británico ha llamado a su plan de ERTE) se debería revisar la asignación de slots en el aeropuerto de Londres Heathrow; y que «Quiero asegurarme de que el proceso de asignación de slots fomente la competencia y brinde conectividad, así que esto es algo que analizaré”.
Varios sindicatos británicos han acusado además a British Airways de que querer despedir a sus 42.000 empleados y luego volver a contratar a 30.000 de ellos bajo otras condiciones laborales inferiores.
Sólo en el pasado mes de abril, el Gobierno británico pagó 35 millones de libras esterlinas a los empleados de British Airways acogidos al ERTE. Además, la aerolínea del grupo IAG al que también pertenecen Iberia y Vueling, ha recibido préstamos avalados por el gobierno por otros 300 millones de libras.Según fuentes británicas IAG tiene unas reservas monetarias de unos 8.000 millones de libras pero gasta 1 millón de libras a la hora.
Huw Merriman ha pedido al Gobierno que “use todo su peso para evitar que empleadores sin escrúpulos usen esta pandemia como una oportunidad para recortar términos y condiciones”; y que “Es éticamente indignante que nuestra aerolínea nacional esté haciendo esto en un momento en que la nación está en su punto más débil y cuando esperamos que el país haga su parte”.
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