Iberia, Airbus y sus socios presentan al ministerio de Industria su proyecto para modernizar el transporte aéreo en España.
Dentro del acuerdo marco que firmaron Airbus y el Gobierno español, se incluía que habría fondos para la renovación de la flota de aviones comerciales españoles por aviones más ecológicos.
Iberia, junto a Airbus, anunciaron, en noviembre de 2020, una alianza para convertir al aeropuerto de Madrid Barajas en uno más sostenible mediante la renovación de la flota, el desarrollo de los aviones de hidrógeno y combustibles sostenibles, y la digitalización. El objetivo era ser uno de los principales proyectos tractores que se iban a presentar al Gobierno para ser financiados con parte de los 140.000 millones en ayudas de la Unión Europea a España. En este caso, buscaban una financiación de más de 12.400 millones de euros de esos fondos.
Dicha alianza estaba abierta a la incorporación de más socios, entre ellos Vueling, perteneciente a IAG como Iberia. También, dado que se estimaba un período de diez años de inversiones, se buscó alguna entidad financiera que invirtiese en el proyecto.
La idea es que por cada euro de subvenciones públicas se logren dos o tres al menos de inversiones privadas.
En el caso de la renovación de la flota, Iberia estimaba a finales de 2020 una inversión de unos 4.000 millones de euros en diez años y que los fondos de la Unión Europea financiasen entre el 10 y el 20 por ciento de los costes de dicha renovación. Vueling por su parte necesitaría unos 2.000 millones en este capítulo. A este respecto, desde Iberia nos han señalado que este plan renove de flota “se trata de lograr una mejor financiación, no de subvenciones ni inyecciones financieras a fondo perdido. En un momento en el que el mercado financiero está tiritando y la industria aeronáutica muy tocada, es importante hallar fórmulas de financiación que permitan renovar la flota en un futuro”.
Otros 750 millones repartidos en cinco años, se dedicarían a la investigación de combustibles verdes con ayuda de al menos una de las grandes petroleras que presentes en España.
El proyecto también incluía convertir el aeropuerto de Madrid Barajas en un polo logístico e incluir un campus de innovación. En este punto estaría el plan de crear una especie de universidad aeronáutica en el entorno del aeropuerto. Esta se sumaría al proyecto de creación en La Muñoza de un centro de Formación Profesional aeronáutico.
Y todo sin olvidar aquello que se anunció cuando en 2006 se abrió la Terminal 4 (T4), y que Luis Gallego, actual consejero delegado de IAG y ex presidente de Iberia, reivindicaba siempre: la necesidad de que el tren de alta velocidad llegue al aeropuerto.
Estos trenes permitirían a Iberia suprimir numerosas rutas nacionales que resultad deficitarias y seguir alimentando sus vuelos a Europa y de largo radio. En este punto, lógicamente se veía a Renfe, como operadora de trenes y a ADIF, como gestora de las vías y estaciones de ferrocarril como socios del proyecto.
Ahora, Iberia y Airbus han sumado a Aena y Enaire a su grupo y han presentado al ministerio de Industria, Comercio y Turismo, su propuesta que se presupuesta en unos 11.000 millones de euros hasta 2026 de los que unos 4.000 millones correspondería a las ayudas europeas. Con esta inversión se estima además que se crearán unos 10.000 empleos directos. Desde Iberia también nos han señalado que: “Aún hay muchos detalles que se están puliendo y estamos viendo cómo se podrían unir otras empresas -también PYMES- y organismos”.
Otros proyectos que estarían incluidos en esta propuesta estaría el aumento de vehículos eléctricos en el aeropuerto. Las compañías de handling están obligadas a ir sustituyendo sus vehículos de combustión interna por otros eléctricos ya desde hace años, y la propia Aena cuenta con una pequeña flota de coches de servicio de este tipo.
También retomar el proyecto de la nueva terminal de carga de Iberia que se presentó en 2011 y que hasta hoy no ha pasado de “proyecto”. Esta se ubicaría junto a las instalaciones de Iberia de La Muñoza para dar un mejor servicio a la T4 y su satélite, recortando en más de la mitad la distancia que la mercancía debe recorrer entre la actual terminal y los aviones en esas infraestructuras.
Y finalmente, otra apuesta de futuro: la integración de los taxis autónomos voladores en el aeropuerto y su espacio aéreo, en lo que la participación de Enaire, como gestor del espacio aéreo español es clave.
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