La juez Kathryn Kimball Mizelle de Florida emitió un mandato que anula la prohibición de viajar en transporte público sin mascarilla en Estados Unidos.
El Gobierno de Estados Unidos se ha visto forzado a retirar la obligatoriedad del uso de mascarillas en el transporte público del país, incluyendo los aviones tras la sentencia de la juez de Distrito Kathryn Kimball Mizelle.
Según la juez, al anular la orden estatal, señaló su ilegalidad ya que “excedía la autoridad estatutaria de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. y porque su aplicación violaba el derecho administrativo”.
Desde el Gobierno han anunciado que están estudiando la decisión, emitida el lunes 18 y las acciones a tomar, incluyendo una posible apelación junto a una orden judicial para paralizar a su vez esta orden. No obstante, se sigue recomendando su uso en el transporte público.
Varias aerolíneas se apresuraron a anunciar que de acuerdo a esta decisión judicial dejaban de hacer obligatorio el uso de las mascarillas a bordo, aunque también han señalaron que esto no anula la prohibición de volar impuesta a pasajeros que en el pasado se han negado a usarlas.
Hace apenas una semana, desde los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), la agencia estadounidense encargada de la protección sanitara del país “contra amenazas a la salud y seguridad, tanto extranjeras como nacionales”, se había prorrogado la orden del uso obligatorio de mascarillas en el transporte al menos hasta el próximo 3 de mayo. El motivo para esta prórroga era el aumento de casos de COVID-19 que se esta dando en EE.UU. por la variante BA.2 del SARS-CoV-2.
Para la juez, una parte de su decisión se basa en el significado de la palabra «saneamiento« usada en la ley de 1944 por la que el gobierno federal tiene la autoridad para emitir reglamentos relativos al «saneamiento» para combatir las enfermedades transmisibles. Según ella,“saneamiento” en dicha ley se limita a significar “medidas que limpian algo”, y que «llevar una mascarilla no limpia nada. Como mucho, atrapa las gotas de virus. Pero no higieniza a la persona que lleva la mascarilla ni higieniza el medio de transporte«.
Continúa: «El CDC exigía el uso de la mascarilla como una medida para mantener algo limpio” y que limita los contagios, “pero sin afirmar que lo destruye o elimina activamente«.
Para ella, impedir que una persona sin mascarilla viaje en avión, tren, autobús, o cualquier otro medio de transporte público es “similar a la detención y cuarentena, que no están contempladas en la sección de la ley en cuestión”.
La juez sigue, en su sentencia, explicando que: “Como resultado, el mandato de la máscara se entiende mejor no como saneamiento, sino como un ejercicio del poder del CDC para liberar condicionalmente a las personas para que viajen a pesar de la preocupación de que puedan propagar una enfermedad transmisible (y para detener o poner parcialmente en cuarentena a los que se niegan). Pero el poder de liberar condicionalmente y detener se limita ordinariamente a los individuos que entran en los Estados Unidos desde un país extranjero”.
«El mandato de la máscara no cumple con ninguna de estas subsecciones. Se aplica a todos los viajeros independientemente de su origen o destino y no hace ningún intento de clasificación en función de su salud«, señala igualmente, en referencia a una sección de la ley que permitiría la detención de un viajero si, al examinarlo, se comprobaba que estaba infectado.
“La administración violó la Ley de Procedimiento Administrativo, que dicta los procedimientos que el Gobierno federal debe seguir al aplicar ciertas políticas de la agencia”. En su opinión, el Gobierno “se equivocó al no solicitar la notificación y los comentarios públicos sobre la política”; y por tanto “el mandato viola las prohibiciones de la APA sobre las acciones arbitrarias y caprichosas de la agencia porque el CDC no ha explicado adecuadamente su razonamiento para la aplicación de la política”.
Con todo, esta sentencia es solo la primera de varias que se esperan próximamente ante varias demandas presentadas en varios estados pidiendo medidas cautelares contra el uso de las mascarillas en el transporte, principalmente en el aéreo. “No obstante, el Tribunal Supremo ha rechazado en tres ocasiones ese desagravio, y también lo han hecho todos los tribunales de apelación que han considerado la cuestión hasta ahora. Ningún tribunal ha concedido dicha reparación, y ni un solo juez o magistrado ha señalado su desacuerdo con ninguna de estas órdenes» han señalado desde el Departamento de Justicia de EE.UU. al comentar la sentencia.
Según medios estadounidenses, la juez Kathryn Kimball Mizelle, para la Asociación de Abogados de Estados Unidos no estaba adecuadamente calificada para ser nombrada juez en 2020, “por el poco tiempo que realmente ha practicado la ley y su falta de experiencia significativa en juicios«. Antes había sido secretaria de uno de los jueces del Tribunal Supremo de EE.UU., y solo tenía 33 años.
Desde las filas republicanas (la juez fue nombrada por Trump) se ha aplaudido la decisión, mientras que desde las filas demócratas se ha criticado duramente.
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