El sindicato Sepla ha puesto en marcha una campaña para minimizar y reportar la fatiga de los pilotos y proteger la seguridad de los vuelos.
“Tres de cada cuatro pilotos europeos ha experimentado al menos un microsueño durante el vuelo, y un 53 por ciento cree que su compañía no gestiona bien el riesgo de fatiga”, señala un estudio de la European Cockpit Association (ECA) realizado entre cerca de 7.000 pilotos.
Este es uno de los motivos que ha llevado al sindicato español Sepla a lanzar una campaña para visibilizar el problema de la fatiga, al tiempo que busca minimizarlo y convencer a los pilotos de que reporten cuando les ocurra por medio de canales oficiales de su compañía aérea, igual que se hace con muchos tipos de incidentes que pueden poner en peligro la seguridad de la aeronave, y por supuesto de los pasajeros y tripulación. Desde Sepla recuerdan que: “Estos reportes son confidenciales y anónimos, y son esenciales para poder tomar medidas y garantizar la seguridad operacional”.
Según Sepla, la presión operativa sobre los pilotos es cada vez mayor: “El tráfico aéreo cada vez es mayor, y las aerolíneas estiran sus operaciones para que sus flotas puedan dar respuesta a la creciente demanda de vuelos. El resultado es una presión operativa que lleva a los pilotos comerciales hasta el límite máximo de horas de vuelo y los mínimos descansos permitidos por la normativa, con turnos nocturnos, desfases horarios y largos periodos de actividad que se traducen en fatiga acumulada”.
Como parte de esta campaña, Íñigo Martín Apoita, director del Departamento Técnico de Sepla, incide en que: “La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) afirma en su manual de gestión de fatiga que, como esta no se puede eliminar, se debe gestionar. Y no reportarla supone privar al sistema de la información necesaria para llevar a cabo esta gestión. Sin duda, la aerolínea es la primera responsable de que las programaciones de vuelo respeten los tiempos de descanso, y aunque, según el estudio de ECA, un 53 por ciento de los pilotos considera que su compañía no gestiona bien el riesgo de fatiga, tenemos que entender que no podrán prevenirla si no avisamos de que estamos fatigados”.
Mientras EASA, a principios de 2025 decidió retrasar hasta 2030, tres años, la decisión sobre la posibilidad de que, durante el vuelo de crucero, durante fases no críticas, la tripulación en cabina pueda reducirse a un solo piloto mientras el otro descansa (suprimiendo así la necesidad de un tercer piloto que sustituya al que descansa), a la espera de nuevas tecnologías en los cockpits que permitan mantener la seguridad de la operación. EASA, además, ha decidido que esta posibilidad se iría poniendo en uso de forma gradual tras una serie “robusta” de pruebas.
Y mientras EASA ha propuesto de nuevo, a instancias de las empresas operadoras, modificar y reducir en muchos casos, los tiempos de actividad en la aviación ejecutiva, según ECA, sin haber consultado con los pilotos para proponer esos nuevos tiempos, que por ejemplo, que el tiempo de escala en tierra se contabilice como descanso si se permanece a bordo del avión, o que las tres horas de descanso en vuelo se reduzcan a la mitad.
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