AESA ha emitido una serie de recomendaciones para evitar los impactos de aves con aeronaves con el objetivo de reducir este tipo de incidencia.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea ha publicado un listado de recomendaciones para evitar los impactos con aves de las aeronaves de aviación general.
Estas recomendaciones han sido realizadas bajo el marco del enfoque preventivo de la seguridad y teniendo en cuenta los últimos incidentes relacionados con el impacto de aves de gran tamaño con aeronaves ligeras. Estas recogen algunas estrategias operacionales preventivas.
La principal recomendación efectuada es que, ante el avistamiento de un ave, se debe ascender ya que ellas al encontrarse «un ave» más grande suelen descender.
AESA recuerda que es necesario tener en cuenta que las aves están en su espacio natural, por lo que a la hora de elaborar el plan de vuelo hay que revisar la documentación disponible sobre presencia de aves permanentes o estacionales, así como el sobrevuelo de reservas naturales.
En las recomendaciones, la Agencia también aconseja evitar altitudes bajas para reducir el riesgo de impacto con aves, puesto que sólo el 1 por ciento de los impactos con aves ocurren por encima de los 2.500 pies, según la FAA.
Por otra parte, si se tiene que volar en baja corta, se debe evitar volar a lo largo de líneas de costa o ríos, ya que las aves utilizan esa técnica de navegación, al igual que los pilotos; y que se debe poner especial atención cuando se sobrevuelen estanques, lagos o ríos, ya que estas zonas suelen albergar poblaciones de aves.
En cuanto a las maniobras de aproximación, se recomienda disminuir la velocidad incluso a la mitad. Esto permitirá a las aves cambiar de rumbo ante un posible impacto. Normalmente cuando se enfrentan a una aeronave que vuela a hasta 80 ó 90 nudos, las aves tienen capacidad de reacción y pueden cambiar su trayectoria al advertir la presencia de una aeronave.
Cabe destacar que en los vuelos con largos periodos a baja cota, se debe hacer uso de casco, gafas de protección y se deben llevar encendidas las luces de reconocimiento para facilitar el avistamiento de la aeronave. Además, debe tenerse en cuenta el calentador del parabrisas de cabina, ya que su activación hace que el cristal se vuelva más flexible y por tanto con mayor resistencia al impacto de un ave.
Por último AESA recuerda que se no se debe olvidar que las aves también pueden volar por la noche.
En el siguiente enlace se puede descargar el folleto completo de recomendaciones emitidas por la AESA.
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