Un Airbus A350 de Air France ha realizado el primer vuelo de largo radio en Francia usando biocombustible francés, uniendo París y Montreal.
El vuelo AFR42 entre los aeropuertos de París Charles de Gaulle y Montreal Trudeau de ayer 18 de mayo, operado con el Airbus A350-9 F- HTYI, en servicio con Air France desde el 1 de mayo, ha sido el primer vuelo de largo radio operado en Francia con biocombustible producido en Francia.
La petrolera Total ha sido la encargada de producir el biocombustible usado en el vuelo a partir de aceite de cocina usado, en sus plantas de La Mède (cerca de Marsella) y Oudalle (junto a Le Havre) y certificado por ISCC.
El vuelo ha hecho uso de una mezcla de un 16 por ciento de biocombustible y 84 por ciento de kerosoeno, lo que, según los datos de Air France, ha supuesto evitar la emisión de 20 toneladas de CO2 a la atmósfera. Además, el camión cisterna usado para suministrar el biocombustible a la aeronave era eléctrico, lo que también supone una menor emisión de CO2. Dicho camión, ha sido diseñado en Francia con la colaboración de Total.
Este vuelo se suma al importante número de operaciones que tanto Air France como KLM han realizado desde 2009 usando biocombustibles y que han demostrado que el uso de estos no afectan a la fiabilidad de las operaciones.
El Gobierno francés obliga a que desde 2022 todos los vuelos que partan del país usen al menos un 1 por ciento de biocombustible; un 2 por ciento para 2025; y un 5 por ciento en 2030.
Patrick Pouyanné, presidente de Total manifestó que “Tras lanzar con éxito la producción de combustibles de aviación sostenibles en nuestras instalaciones de Francia el pasado mes de marzo, seguimos adaptando nuestras instalaciones industriales para prepararnos para la creciente demanda de la industria de la aviación en la próxima década. Al reducir directamente la intensidad de carbono de los productos energéticos utilizados por nuestros clientes de la industria de la aviación, estamos colaborando activamente con ellos para lograr nuestra ambición de llegar a cero neto en 2050, junto con la sociedad”.
Benjamin Smith, presidente de Air France-KLM ha señalado con motivo de este vuelo, además del compromiso del grupo por la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono, que “Francia tiene actualmente la oportunidad de posicionarse como líder en la producción y uso de combustibles sostenibles y estamos haciendo todo lo posible para contribuir a ello con nuestros socios. Apoyar la aparición de un sector de biocombustibles de aviación francés económicamente viable para todas las partes implicadas es una prioridad estratégica para el país y el grupo”.
Smith, no obstante, es crítico con la legislación europea sobre el uso de biocombustibles en la aviación, como la mayoría de los directivos de las aerolíneas europeas, ya que dicha legislación solo obliga a estas y no a aerolíneas con base en otros países. Numerosas aerolíneas se han dirigido a la Unión Europea pidiendo este cambio ya que, como el propio Smith declaró hace poco: “No podemos tener una situación en la que las compañías aéreas con sede fuera de Europa puedan rebajar sus precios, eso es una preocupación real”. La mayoría de las aerolíneas europeas con vuelos de largo radio han pedido que por el momento se exima a estos de cumplir esta norma sobre el uso de biocombustible, algo que desde la Unión Europea han descartado.
El biocombustible, recordemos, sigue siendo hoy en día más caro que el keroseno, y la diferencia no se compensa con el coste del ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera.
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