EASA ha decidido, a la vista de los datos operativos, prolongar la autorización del uso de aviones de pasaje convertidos en cargueros temporales por el COVID-19.
La necesidad urgente de transportar equipos médicos y de protección personal como consecuencia del COVID-19, llevó a que numerosas aerolíneas decidiesen retirar los asientos de parte de sus aviones y colocar en su lugar carga.
Para ello, se debía lograr primero un certificado de las modificaciones necesarias en la cabina para el transporte de carga, una vez que las cabinas de pasaje no cuentan con los mismos dispositivos de detección y extinción de incendios así como de retención de cargas, pantallas para contener el humo y otros aspectos de seguridad, que las bodegas de carga inferiores, o las cubiertas de los aviones de carga si disponen.
Ante ello, en Europa, EASA, certificó varios programas de modificación para diversos aviones, pero estableció importantes limitaciones al considerar un fuego a bordo como el mayor peligro para el vuelo, pero muchas menos de las estimadas en un principio.
Estas limitaciones hacían referencia a la colocación de la carga, accesos para los ocupantes de la aeronave a salidas de emergencia y cualquier punto de la cabina de pasaje en vuelo, y una aproximación conservadora al riesgo real de un fuego a bordo, así como al número de aeronaves convertidas y el número de horas de vuelo anuales de estas.
Así, EASA estimó las posibilidades de un fuego a bordo en una por cada 10 millones horas de vuelo y que las aerolíneas modificarían un máximo de 2.500 aviones de dos pasillos hasta el 31 de diciembre de 2021. Dado que no todo fuego a bordo puede ser considerado catastrófico, EASA consideró “suficientemente conservador permitir que cada avión afectado vuele un máximo de 2.000 horas de vuelo hasta el 31 de diciembre de 2021”.
Con todo ello, el pasado 3o de junio, EASA comprobó que se habían aprobado un número muy pequeño de cambios de diseño, y que el número de aviones modificados era mucho menor de lo originalmente asumido. Con ello, EASA ha decidido ahora prolongar hasta el 31 de julio de 2022 el permiso para que estos aviones sigan volando como cargueros; eso sí, sin modificar el número máximo de horas que podrá volar cada uno en dicha configuración.
En el caso español, Iberia modificó tres A330, que ya han vuelto a su uso nomal como aviones de pasaje, y que han sido sustituidos en esta labor de carga por dos A330 que lucen los colores de Level. Plus Ultra opera dos de sus A340 (un 300 y un 600) en esta configuración; y Wamos Air tres de sus A330. Air Europa también operó algunos aviones para carga, pero como en el caso de Iberia, todos son utilizados ya para pasaje.
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