Spirit Aerosystems ha prolongado indefinidamente la suspensión de la producción para Boeing y el despido de más de 3.000 empleados.
La prolongación del cierre de las factorías de Boeing por el COVID-19, y que el B-737 MAX siga sin tener fecha de volver a volar, ha llevado a SpiritAerosystems a prolongar indefinidamente la suspensión de la producción para Boeing, que incluye los fuselajes del B-737 y el fuselaje delantero del B-787,. Inicialmente había anunciado que la suspensión de los trabajos serían hasta hoy 8 de abril.
La prolongación de la parada incluye además el despido los de 2.800 trabajadores en sus instalaciones de Wichita y 400 en Tulsa y McAlester que trabajan en la producción para Boeing. De estos 850 estarán cubiertos por un plan voluntario de jubilación anticipada.
Los trabajos de defensa, y para Airbus y otros contratistas no se ven afectados por esta decisión.
También ha reducido sus gastos en 210 millones de dólares y obtenido nuevas líneas de crédito mientras que todos los ejecutivos han visto reducido su salario un 20 por ciento.
Finalmente, ha renegociado su acuerdo de producción con Boeing, prolongando en tres años, hasta 2033, la producción de fuselajes del B-737 MAX. Boeing ha hecho un pago adelantado de 225 millones de dólares y retrasado a 2022 la devolución a Boeing de otros 123 millones de dólares.
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