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«El Ejército del Aire es el primer valedor de la industria aeronáutica de defensa española»

Teniente General Ignacio Bengoechea Martí, jefe del mando de Apoyo Logístico.
Teniente General Ignacio Bengoechea Martí, jefe del mando de Apoyo Logístico.

Por Ángel Vegas y José Luis Grau. Entrevistamos al teniente general Ignacio Bengoechea Martí, jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire. Alguna de sus respuestas validan la excelente relación entre el EA y la industria de defensa en España, a la que califica como «excepcional» y con gran reputación internacional.

El teniente general Ignacio Bengoechea Martí es un experimentado piloto de combate del Ejército del Aire. Tras pasar por algunos mandos como el del Tactical Leadership Programme (TLP) en la base aérea de Albacete, el centro de formación de pilotos de combate más avanzado de Europa, dirige ahora el Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire.

Desde allí pilota la importantísima relación entra la Fuerza Aérea y la industria aeronáutica española. De su buen funcionamiento depende tanto la operatividad del Ejército del Aire como la continuidad de miles de puestos de trabajo altamente cualificados en España. Esta relación, que desde siempre fue importante, se antoja en este siglo XXI vital para poder garantizar la seguridad de los españoles.

Uno de los puestos de mayor responsabilidad en cualquier fuerza aérea moderna. Su buen hacer y el prestigio que el teniente general Bengoechea ha alcanzado en el Ejército del Aire le auguran una prometedora culminación a su carrera militar. Quizá, cuando usted lea estas líneas, que se escribieron hace más de un mes, el teniente general Bengoechea haya alcanzado un nuevo ascenso. ¿Quién sabe?

Fly News-¿Cómo ve el momento actual de la industria de defensa española?

Tte. Gral. Bengoechea.- En el Ejército del Aire sabemos que en España contamos con una excepcional industria nacional de defensa y aeroespacial, que se ha ido consolidando a lo largo de los años y que ha alcanzado una gran reputación internacional. Su aportación al producto interior bruto, particularmente en el sector aeroespacial se estima en un 2,6 por ciento del PIB industrial, y sus efectos sobre el tejido industrial de nuestro país, generando unos 150.000 puestos de trabajo, son clave para el conjunto de la economía española.

Los grandes programas aeronáuticos de defensa contribuyen directamente al desarrollo tecnológico aeronáutico y mejoran notablemente la productividad y competitividad de nuestras empresas. Además, la inversión económica que traen consigo es un motor de la industria nacional y fuente de riqueza.

No en vano, España se encuentra en el reducido grupo de países a nivel mundial que poseen la experiencia, el conocimiento, la ingeniería y la capacidad industrial necesarias para diseñar, desarrollar, certificar, producir y procurar el sostenimiento tanto correctivo como evolutivo de una aeronave.

«En el Ejército del Aire sabemos que en España contamos con una excepcional industria nacional de defensa y aeroespacial, que se ha ido consolidando a lo largo de los años y que ha alcanzado una gran reputación internacional.» 

Fly News-¿Cómo es la relación del Ejército del Aire con esa industria y cómo se plantea el futuro de teniendo en cuenta la complejidad y el coste que conlleva la producción de material nuevo?

Tte. Gral. Bengoechea .- Desde sus orígenes, el Ejército del Aire ha colaborado estrechamente con la industria de aviación. Este apoyo se hace patente en el número de grandes programas por los que hemos apostado y en los que hemos trabajado codo con codo con empresas españolas, programas que han sido, en muchos casos, un paradigma de ese desarrollo industrial.

El caza Eurofighter, el avión de transporte A400M o el helicóptero NH90 son sistemas que constituirán la espina dorsal del Ejército del Aire en las próximas décadas, todos ellos desarrollados y sostenidos en cooperación con empresas de participación nacional.

Los excelentes resultados obtenidos nos permiten mirar al futuro con optimismo para seguir trabajando conjuntamente en nuevos proyectos, en campos que abren a su vez grandes posibilidades: aeronaves de enseñanza, como el AFJT (Airbus Future Jet Trainer); vehículos tripulados remotamente, como el EUROMALE o el SIRTAP; o programas tan complejos como el NGWS (New Generation Weapon System), que marcará el paso de la industria aeronáutica y militar a nivel nacional y europeo en las próximas décadas.

A este respecto es imprescindible tener en cuenta que los sistemas de armas aéreos actuales, por su complejidad, ven solapadas sus fases de desarrollo, producción y operación.

Hablamos de sistemas de armas que llegan a alcanzar los 40 ó 50 años en servicio y que deben mantenerse al día frente a las inevitables obsolescencias y a las amenazas que evolucionan rápidamente. De ahí que los programas que los sustentan deben contemplar su evolución desde su mismo inicio para permitir incorporar nuevas capacidades durante su vida útil.

A ello se añade que, al tratarse en su mayoría de programas multinacionales, nos vemos obligados a trabajar en modo cooperativo para compartir recursos y servicios, lo que favorece el aprendizaje y el retorno industrial pero también aumenta el compromiso, la complejidad para llegar a acuerdos y, como consecuencia, muchas veces los plazos.

Como operador, el Ejército del Aire considera esencial a la hora de afrontar estos grandes programas incluir la garantía de su sostenimiento a lo largo de todo su ciclo de vida. No hacerlo así restaría eficacia a su empleo y eficiencia a la inversión. Planificando y armonizando las necesidades de obtención con las de sostenimiento conseguimos la necesaria estabilidad, factor clave, no solo para el Ejército del Aire sino también para las industrias, pues garantiza su supervivencia en los años venideros, la continuidad de su desarrollo tecnológico y, en consecuencia, su productividad y competitividad.

Fly News -¿Desde qué punto del proceso de producción de este material considera necesaria la participación del Ejército del Aire?

Tte. Gral. Bengoechea .-Resultado de nuestra larga experiencia como usuarios, en el Ejército del Aire creemos completamente necesaria la colaboración con la industria en el diseño, desarrollo, producción, sostenimiento, infraestructura, sistemas CIS y soporte asociados a cada sistema de armas.

A base de hacer horas de vuelo y exigir el máximo de nuestros sistemas, hemos aprendido que hay áreas que no pueden afrontarse por separado en programas de gran complejidad. Desde mi punto de vista como máximo representante del sostenimiento de los sistemas de armas del Ejército del Aire, considero esencial mantener esa colaboración a lo largo de todas las fases, preservando el conocimiento y la autonomía en áreas estratégicas, siendo conscientes además de que separar el soporte de un sistema de su evolución equivale a poner en riesgo su continuidad y la supervivencia de todo el programa.

«Los programas que sustentan  la renovación de material del Ejército del Aire deben contemplar su evolución desde su mismo inicio para permitir incorporar nuevas capacidades durante su vida útil.»

Fly News.- Uno de los grandes problemas es la financiación de todos estos programas. ¿Cómo ve la evolución de los presupuestos y la renovación de material del Ejército del Aire?

Tte. Gral. Bengoechea .-En este escenario, cada vez más complejo y especializado, tanto desde el Ejército del Aire como desde el ministerio de Defensa debemos esforzarnos en asegurar la correcta financiación de los programas de los que formamos parte, de tal manera que cubramos todas las áreas y abarquemos todo su ciclo de vida.

La Ley General Presupuestaria y la estructura funcional (programas y subprogramas) del gasto en el ministerio de Defensa abren la puerta a que en los programas de modernización se incluya también el soporte, extendido a lo largo de todo el periodo de operación. Asimismo, los modelos contractuales deben acomodarse a estas circunstancias y ser planeados a largo plazo, para dar estabilidad, continuidad y certidumbre, lo que beneficia la eficiencia y permite conseguir un menor coste de operación.

En conclusión, el Ejército del Aire ha sido y seguirá siendo un firme valedor de la industria aeroespacial nacional. La complejidad de los programas actuales, combinada con el escenario económico subyacente desde hace varios años, hace imprescindible contemplar obtención y sostenimiento como un todo único, manteniendo una estrecha colaboración entre industria y operador que asegure el éxito y la continuidad de los programas y de las propias empresas involucradas. No hay esfuerzo que merezca más la pena.

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