Ante la reunión del Consejo de la Unión Europea que hoy comienza, el presidente de Airbus ha publicado una carta abierta en la que apuesta por una nueva política europea de defensa.
Guillaume Faury, presidente de Airbus, hace una importante solicitud al Consejo de la Unión Europea para reforzar la industria europea de defensa como principal medio de asegurar la propuesta de reforzar la política europea de defensa tras la invasión de Ucrania.
“La invasión rusa de Ucrania ha dado paso a una nueva era de conflicto y violencia en las fronteras de Europa. Durante los últimos tres meses, nos hemos despertado cada día con la realidad de la guerra, infligida a un país de 44 millones de personas; una nación soberana, recordemos, con aspiraciones de unirse a la Unión Europea como una democracia liberal.
Nuestro papel y prioridad, ya sea como líderes empresariales, responsables políticos o como ciudadanos europeos, es apoyar al pueblo de Ucrania en su hora de necesidad y aliviar su sufrimiento.
La invasión ha provocado un rápido cambio geopolítico. Dentro de Europa, ha provocado un despertar colectivo. Los europeos se están uniendo como nunca antes. Muchas más personas se dan cuenta ahora de que la paz y la estabilidad son frágiles y deben ser defendidas.
Mientras tanto, vemos una vez más que los gobiernos, las empresas y la sociedad civil deben abordar juntos las crisis mundiales. Esta ha sido la lección de COVID-19, la emergencia climática y la crisis económica de 2007-8. La era del unilateralismo ha terminado, y esperemos que nunca vuelva.
Nuestras fuerzas armadas desempeñan un papel indispensable para garantizar la seguridad y la estabilidad de la que todos dependemos. Pero han adolecido de falta de financiación y coordinación, lo que pone en duda su preparación para el tipo de conflicto de alta intensidad que se está desarrollando en Ucrania. En las últimas semanas, los líderes europeos han actuado con rapidez para corregir esta situación. Al hacerlo, tienen la oportunidad de configurar el panorama de la defensa europea para las próximas décadas.
Las señales son alentadoras. En marzo, el Consejo de la Unión Europea aprobó la primera Guía Estratégica de la UE en materia de defensa, tras una evaluación de los riesgos del futuro. Las propuestas incluyen dotar a la defensa europea de nuevas capacidades, como una fuerza de despliegue rápido, un aumento de la financiación, la mejora de la ciberseguridad y el fortalecimiento de las asociaciones con aliados fundamentales como la OTAN y el Reino Unido. Todo ello dejaría a la UE mejor situada para responder a las amenazas actuales y futuras a sus fronteras.
Ese mismo mes, la cumbre de Versalles de los líderes europeos pidió a la Comisión que propusiera medidas urgentes para reforzar la base industrial de defensa de Europa. La Comisión ha respondido con sugerencias concretas e innovadoras para fomentar la adquisición y financiación conjunta de equipos militares en Europa, algo que se ha visto frustrado por tecnicismos legales o presupuestarios durante demasiado tiempo. Estas propuestas se debatirán y, es de esperar, se aprobarán en la próxima reunión del Consejo de la UE de los días 30 y 31 de mayo.
¿Por qué es importante la cooperación europea en materia de defensa? Europa tiene la suerte de contar con una industria de defensa competitiva en la escena mundial. La industria desempeñará un papel vital en la realización de las ambiciones de defensa de la UE, desarrollando los sistemas de defensa y seguridad del futuro. No cabe duda de que tenemos las habilidades y las capacidades tecnológicas necesarias. Pero el progreso vendrá determinado, en última instancia, por nuestra capacidad para forjar las asociaciones profundas y estratégicas que han sustentado los éxitos pasados de nuestro sector.
Para entender por qué la cooperación es importante, basta con mirar la próxima generación de sistemas de defensa. El Sistema Aéreo de Combate del Futuro, una asociación entre Francia, Alemania y España -y que debe estar inspirada en un verdadero espíritu de cooperación- abarcará nuevos aviones de combate y no tripulados, tecnología de satélites, inteligencia artificial, computación en la nube y mucho más. Es un sistema de defensa integrado a una escala inimaginable incluso hace 20 años.
Un proyecto así no puede ser desarrollado por un solo país europeo. Tenemos que poner en común nuestros conocimientos y recursos financieros para llevarlo a cabo. En Europa somos más fuertes juntos y no cuando retrocedemos tras las fronteras e intereses nacionales. Las últimas propuestas de la Comisión fomentarían esta cooperación.
Pero no se trata sólo de un futuro más lejano. La industria europea de defensa ya produce equipos que apoyan la autonomía estratégica de Europa. Los aviones de transporte estratégico y táctico, fabricados en toda Europa, podrían, por ejemplo, ser una parte vital de una fuerza europea de despliegue rápido. La industria europea también tiene experiencia en sistemas aéreos no tripulados que podrían reforzar la vigilancia de las fronteras en el bloque. La UE tiene ahora la oportunidad de aprovechar este potencial y allanar el camino de las adquisiciones e inversiones conjuntas.
Por último, la industria europea de defensa necesita acceso a la financiación. Algunos han pedido que las empresas de defensa queden excluidas de los servicios financieros alegando que, por la propia naturaleza de sus actividades, son empresas socialmente irresponsables. Pero los últimos acontecimientos han demostrado lo contrario. La democracia europea debe ser defendida con un poder militar duro. Y las amenazas a nuestro modo de vida son reales. Hay que animar al sector financiero a apoyar la seguridad y la defensa.
Europa ha respondido a la invasión de Ucrania con una sorprendente unidad de propósito: ahora debería extenderla a la política de defensa europea. Hay mucho en juego, hoy en Ucrania y mañana para todos nosotros. La paz y la estabilidad son los cimientos de la democracia europea, el Estado de Derecho, la prosperidad y el progreso humano.
Al adoptar la Guía Estratégica y respaldar las nuevas propuestas de la Comisión, Europa puede reforzar sus capacidades de defensa en un momento de incertidumbre. A aquellos que son hostiles a nuestros valores, podemos enviar un poderoso mensaje sobre nuestro compromiso compartido de defenderlos”.
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