Tras la firma del segundo lote de producción hace unos meses, Northrop Grumman avanza hacia la entrada en servicio del bombardero B-21.
“Cuanto más probamos y analizamos el rendimiento, mayor es nuestra confianza en que no hay ningún sistema mejor posicionado que el B-21 para proporcionar paz a través de la fuerza al combatiente estadounidense” ha manifestado Tom Jones, vice presidente corporativo y presidente de Northrop Grumman Aeronautics Systems sobre el nuevo bombardero invisible B-21 Raider, actualmente en fase de pruebas de vuelo previas a su certificación militar y entrega a la USAF.
El B-21 hizo su primer vuelo el 10 de noviembre de 2023, y actualmente Northrop Grumman tiene tres ejemplares en vuelo, aviones que serán entregados a la USAF una vez completadas las pruebas y se les retiren los equipos de prueba.

Se espera que las entregas comiencen en 2027, con una estimación actual de que la USAF adquiera un centenar de unidades; y sustituir dentro de una década a los B-1 y B-2.
Desde Northrop Grumman señalan que al inicio del programa dieron “prioridad a la adaptabilidad, asequibilidad y producibilidad”. Además, apostaron por avanzar rápidamente en la producción, montando los aviones de prueba (que no prototipos) en la misma cadena donde ya ha iniciado la producción a bajo régimen de los primeros aviones.
Con ello han logrado que el personal de la misma acelere su formación y aptitudes para el montaje. “Estamos aprendiendo a construir el B-21 mejor y a mayor escala, optimizando varias áreas de la construcción para lograr eficiencia y asequibilidad a largo plazo” explicó Tom Jones.

Jones también presume de lo bien que lo hicieron desde el principio, al inicio de la fase de diseño: “El ecosistema digital del B-21 permitió a los ingenieros realizar pruebas ágiles en hardware y software de producción, primero en laboratorios de integración y después en un banco de pruebas volante. Antes de que el B-21 surcara los cielos, el banco de pruebas completó más de 200 salidas de prueba con un total de más de 1.000 horas de vuelo, probando el hardware, el software y los sensores de producción en un entorno dinámico.
Como resultado de las innovadoras tecnologías de Northrop Grumman y de su diligente ejecución, solo tuvimos que realizar un cambio de software durante el primer año de pruebas de vuelo, lo que demuestra el trabajo de reducción de riesgos realizado por nuestros equipos en los laboratorios y en el banco de pruebas de vuelo”.
Según explican igualmente, han invertido más de 2.000 millones de dólares en infraestructura y esfuerzo de desarrollo en su ecosistema digital; y con ello han conseguido que: “Todo el equipo del B-21 tenga acceso a una única fuente original en los procesos de diseño y construcción. Allí donde el entorno digital se encuentra con la planta de producción, esta tecnología digital agiliza la gestión de la configuración, facilita la comunicación entre técnicos e ingenieros durante la construcción y, en algunas áreas, ya reduce las horas de fabricación en aproximadamente un tercio”.

Entre las ventajas que esta tecnología digital aporta está el uso de realidad aumentada, robótica avanzada, e inteligencia artificial para que el personal pueda “impulsar la eficiencia y la calidad en todo el proceso de fabricación”.
Pero según Jones, estos avances no solo sirven para acelerar y mejorar la producción de los B-21. También para la fase operativa del avión, especialmente para el mantenimiento. “Las herramientas desplegadas actualmente en la fabricación del B-21 están allanando el camino para el mantenimiento operativo. El B-21 se diseñó desde el principio para volar a diario, con un mantenimiento mínimo entre misiones. Décadas de experiencia en el funcionamiento de sistemas de aviones furtivos, combinadas con el entorno virtual altamente inmersivo, que permiten a los ingenieros visualizar cómo realizarán las tareas de mantenimiento los futuros encargados de mantenimiento, sirvieron de base al diseño del B-21 para impulsar la asequibilidad y apoyar las necesidades operativas. La Fuerza Combinada de Pruebas ya ha demostrado su capacidad para realizar varios vuelos de prueba en una semana, lo que constituye un primer indicador positivo para el uso diario del B-21”.
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