Dentro del programa Boost, la ESA ha anunciado prórrogas de contratos con cuatro empresas para el despliegue de sus servicios de lanzamiento.
Boost es un programa de la ESA para apoyar el desarrollo de una nueva generación de lanzadores espaciales europeos. “Los meses previos a un vuelo inaugural pueden ser críticos para empresas con grandes equipos, muchas instalaciones y operaciones, pero ningún sistema de lanzamiento que genere ingresos todavía. Para aliviar este periodo, la ESA ha comprometido un total de 44,22 millones de euros en cofinanciación, lo que refuerza el papel de la ESA en la potenciación de estas empresas de lanzamientos espaciales en su transición del desarrollo técnico al inicio de los servicios operativos”, explican desde la ESA sobre el objetivo de Boost.
Entre las empresas que han recibido fondos del mismo está la española PLD Space, en su caso para el desarrollo de un sistema de alojamiento de cargas útiles en el Miura 5.
Ahora la ESA ha anunciado que ha firmado cuatro prórrogas de contratos, concretamente con las empresas Hyimpulse, Isar Aerospace, Orbex, y Rocket Factory Augsburg.
La primera de ellas, HyImpulse ya ha efectuado un lanzamiento de su cohete suborbital SR75 en 2024. Ahora está trabajando en el desarrollo de SL1, un cohete de tres etapas para llevar 600 kg a la órbita sincrónica con el Sol.
Isar Aerospace trabaja actualmente en las pruebas integradas de las etapas del lanzador Spectrum para realizar el primer lanzamiento. Los nuevos fondos asignados, según la ESA servirán además para preparar el segundo vuelo de este lanzador y ampliar sus instalaciones productivas en su nueva sede.
Orbex, de la que es director ejecutivo Miguel Belló, ex comisionado del PERTE Aeroespacial Español, primer director de la Agencia Espacial Española, y fundador de Deimos (entre otros puestos), también usará los fondos para avanzar hacia el primer vuelo de demostración de Prime, su lanzador; con trabajos como la calificación de los depósitos de combustible de fibra de carbono y las pruebas integradas, además del propio lanzamiento.
Finalmente, Rocket Factory Augsburg usará el dinero para “preparar el siguiente hardware de vuelo de la primera etapa para realizar más pruebas y lanzamientos”, después de que la primera etapa del cohete RFA One explotase el pasado mes de agosto durante una prueba estática.
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