Una única nave espacial, 2 orbitadores, 7 años de viaje, 9 agencias espaciales, 16 instrumentos científicos y más de 2.400 millones de euros para estudiar el planeta que los científicos llaman el horno de pizzas.
Nueve agencias espaciales se han puesto de acuerdo para desentrañar los secretos que encierra el primero de los planetas del sistema solar. Es el más cercano al Sol, pero el menos estudiado: Mercurio
Bajo el liderazgo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia de Exploración Espacial de Japón (JAXA), sus hermanas de Alemania (DLR), Francia (CNES), Finlandia (TEKES), Italia (ASI), Rusia (Roscosmos), Reino Unido (UKSA) y Suiza (SSO) se han aliado para construir una compleja astronave bautizada BepiColombo, que “va a navegar por el cosmos 9.000 millones de kilómetros hasta el ardiente planeta Mercurio”, al que Mauro Casale, jefe de desarrollo del segmento terreno científico de la misión, ha calificado como “el horno de pizzas”.
BepiColombo ha supuesto “todo un reto tecnológico de primer orden” ha asegurado Santa Martínez, coordinadora de la ESA del procesado científico y archivo de los datos de la misión. La industria europea y japonesa han tenido que poner a punto durante cerca de dos décadas “los más novedosos sistemas de apantallamiento y protección, en un 85 por ciento desarrollados en exclusiva esta misión”, subraya Martínez.
Con una inversión superior a los 2.400 millones de euros, a bordo de BepiColombo viajan un total de 16 avanzados magnetómetros, espectrómetros, altímetros, acelerómetros, cámaras, antenas y analizadores de partículas, todos ellos concebidos para soportar temperaturas superiores a los 430 grados centígrados, los potentes y letales rayos ultravioleta y los micro meteoritos.
En la rueda de prensa celebrada ayer martes, 9 de octubre, en el Centro Europeo de Astronomía Espacial o ESAC ‒en su acrónimo en inglés‒, Mauro Casale han anunciado que BepiColombo recorrerá “9.000 millones de kilómetros a través del cosmos para poder alcanzar Mercurio y situar dos artefactos de exploración en la órbita del planeta”.
El largo viaje se prolongará hasta el 5 de diciembre de 2025, algo más de 7 años, tras efectuar nueve maniobras de aceleración planetaria con la Tierra, Venus y el propio Mercurio y una desaceleración final. “De lo contrario, no entraría en la órbita correcta”, ha concluido Casale, astrofísico por la Universidad de Turín (Italia).
Mientras que el resto de los grandes astros de nuestro sistema solar han sido explorados en numerosas ocasiones, Mercurio tan sólo ha recibido la visita de dos naves espaciales: la sonda estadounidense Mariner-10, que en 1974 y 1975 lo visitó en tres ocasiones, transmitió a la Tierra las primeras imágenes y cartografió poco más del 40 por ciento de su superficie.
Y entre marzo de 2011 y abril 2015 por la sonda Messenger, también de la NASA, ‒de tan sólo 513 kg‒, que envió más de 280.000 imágenes y cartografió el 100 por ciento de su superficie. Sin embargo, Messenger dejo a la comunidad científica internacional más interrogantes que respuestas, algo que va a intentar solventar BepiColombo.
Liderazgo euro-japonés
“Hay demasiadas cosas que no sabemos sobre de Mercurio” ha puntualizado Sara de la Fuente, coordinadora de planificación científica y operaciones de la ESA. Por eso, BepiColombo estudiará la estructura y dinámica de su magnetosfera y cómo interactúa con los vientos solares, así como la estructura interna del planeta con su enorme núcleo de hierro.
También el origen del campo magnético, la actividad volcánica, la posible presencia de hielo de agua en los polos, que curiosamente pueden alcanzar los -180 grados centígrados y “la existencia de fenómenos químicos en su superficie descubiertos por Messenger”, destaca Casale.
La nave espacial BepiColombo está conformada por dos sondas. Una de 1.230 kg llamada Orbitador Planetario de Mercurio ‒MPO por su acrónimo en inglés‒, que alberga 11 equipos científicos europeos que van a observar y medir el campo magnético y la magnetosfera del planeta desde una altura máxima de 1.500 kilómetros.
Y una segunda de 255 kg denominada Orbitador Magnetosferico de Mercurio ‒MMO, por su acrónimo en inglés‒, que con 5 sofisticados instrumentos escudriñará la superficie y el interior del planeta entre 590 y 11.800 kilómetros.
Los equipos a bordo de MMO japonés son de tal extrema sensibilidad que están protegidos de la radiación solar por un escudo circular a modo de parasol ‒MOSIF es su acrónimo en inglés‒ durante la navegación por el cosmos. Ambos orbitadores viajarán durante 7 años fijados a una plataforma de propulsión dotada de cuatro motores eléctricos de xenón.
El orbitador europeo y la plataforma han sido desarrollados por la ESA y su coste se eleva a 1.300 millones de euros. La rama espacial de Airbus Defence and Space España ha construido la estructura del MPO en sus instalaciones de Barajas (Madrid). La JAXA asignó a la firma japonesa NEC Corporation la fabricación del orbitador MMO por un valor de 130 millones de euros.
Con una masa total de 4,1 toneladas, el despegue de BepiColombo está programado para el 20 de octubre a las 03:45 hora peninsular española. Se producirá desde la base espacial de Kourou ‒Guayana francesa‒ a bordo de un lanzador Ariane 5 ECA, el más potente de dicha familia.
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