La nueva política de defensa de Japón asigna a los asuntos espaciales militares un lugar preferente.
Las directrices del Programa de Defensa Nacional para el periodo 2019-2023 ‒NDPG por su acrónimo en inglés‒, el documento plurianual que define las orientaciones generales de la política de defensa nipona, considera que el campo espacial, el ciberespacio y el espectro electromagnético son “nuevos dominios” a los que hay que prestan una especial atención, que se suman a los entornos físicos terrestre, marítimo y aéreo tradicionales.
Aprobado recientemente por el gobierno del primer ministro Shinzo Abe, el nuevo NDPG ‒que sucede al NPDG 2014-2018‒ contempla los rápidos cambios que afectan al entorno de seguridad de Japón y llega a la conclusión que reforzar las capacidades niponas en el ámbito espacial resulta “de vital importancia” para la Fuerza de Defensa Múltidominio y recomienda crear un escuadrón espacial en el seno de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón.
Tokio es partidario de acordar nuevas normas internacionales que regulen la actividad en el cosmos, a la vez que pretende reforzar de capacidades espaciales de la nación mediante una utilización eficiente de los satélites de navegación y comunicaciones, pero también de los dedicados a recabar inteligencia para sus Fuerzas de Autodefensa.
Es por ello que el nuevo NDPG refrendado por el gobierno de Shinzo Abe recomienda explotar de forma activa y coordinada las tecnologías espaciales civiles a través de “fortalecer alianzas e incrementar su grado de cooperación con los países de relevancia en este ámbito”, especialmente con la Agencia Espacial de Exploración Espacial de Japón (JAXA), con la NASA y el departamento de Defensa de Estados Unidos y también con otros países relevantes en el ámbito espacial.
Las autoridades japonesas entienden que la vía principal para aumentar su potencial espacial es a través de intercambios de información y mediante su participación activa en ejercicios multilaterales, especialmente en el ámbito de la seguridad y de la vigilancia del entorno espacial o SSA (Space Situational Awareness).
El ministerio de Defensa japonés ya está desarrollando su propio sistema SSA para vigilar plataformas en órbita incluso a 36.000 kilómetros, como es el caso de los satélites geoestacionarios. Para ello tiene en avanzada construcción una estación radar en la ciudad de Sanyo Onodo, en la prefectura de Yamaguchi ‒en el extremo occidental de la isla de Honshu‒ cuya puesta en servicio está prevista para 2023.
El nuevo radar tiene la doble finalidad de vigilar los desechos espaciales, pero también los disparos de misiles anti-satélite por parte de Rusia y China, que Japón considera que no obedecen a un uso pacífico del espacio.
En la línea de potenciar sus capacidades espaciales vinculadas con la defensa de su territorio, Japón también ha renovado sus relaciones con Francia para mejorar los términos de la cooperación espacial entre los dos países, principalmente en los campos “de la vigilancia espacial, la prevención de colisiones en el cosmos, la observación de la Tierra, así como también en los ámbitos de la exploración del espacio, los lanzadores y la cooperación industrial”.
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