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Los ministros de la ESA aprobarán en Sevilla la primera misión europea a la Luna

Una sonda con 22 kilos de muestras lunares retornará a la Tierra

Bautizada HERACLES, tomará muestras de la Luna y las traerá de vuelta a la Tierra, paso previo al retorno de astronautas a nuestro satélite natural.

El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jan Woerner, y su equipo directivo está dando los últimos retoques a las propuestas que van a plantear a la aprobación de los ministros de la Agencia, cuya cumbre se celebrará en Sevilla los días 27 y 28 de noviembre de 2019, entre las que destaca la primera misión europea para preparar el retorno de astronautas a la Luna.

La reunión de los máximos responsable de los asuntos espaciales de los 22 países miembros de la ESA ‒entre ellos España‒ dará previsiblemente su visto bueno a HERACLES, que en realidad es una misión conjunta con las Agencias espaciales de Japón (JAXA) y Canadá (CSA) prevista para 2026. El primer paso es posicionar en el un módulo de superficie sobre el polo Sur de nuestro satélite natural, donde se sabe que existe hielo de agua, necesario para la vida fuera de la Tierra.

Del citado módulo descenderá un vehículo todo terreno repleto de instrumentos, que explorará el terreno y recogerá un total de 15 kilos de muestras de la superficie y del subsuelo.

HERACLES pretende allanar el camino para el regreso de astronautas a la Luna.

Después de más de dos meses de trabajo, depositará el material acumulado en una pequeña nave espacial de retorno, que despegará de la Luna y volará hasta la futura estación lunar Gateway, posicionada cerca de la Luna, pero fuera de su órbita. Desde Getaway, una nave tripulada Orión llevará las muestras obtenidas hasta la Tierra para su análisis.

El futuro complejo espacial Gateway es una iniciativa de la NASA, que cuenta con la cooperación de la ESA y también de la JAXA, la CSA y Roscosmos, la Agencia espacial de Rusia.

Para llevar a cabo en 2026 el ambicioso proyecto, la JAXA ya ha estudiado que la nave espacial HERACLES será de grandes dimensiones y de un peso al despegue del orden de las 8,5 toneladas. Su módulo de descenso de 6,8 toneladas será construido por la industria japonesa, el de descenso ‒de 1,1 toneladas‒ lo asumirá el colectivo europeo y el vehículo de exploración ‒de 0,33 toneladas‒ correrá a cargo del sector canadiense.

Gateway será una estructura-puente entre la Tierra y nuestro satélite natural.

En una reciente reunión en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de Villanueva de la Cañada (Madrid) ‒principal sede de la ESA en España‒, el profesor francés Bernard Foing, director del Grupo Internacional de Exploración Lunar o ILEWG (International Lunar Exploration Working Group), resalta la necesidad “de la colaboración internacional” para mantener en nuestro satélite “una presencia humana permanente y sostenible”, algo que es “el viejo sueño de los científicos”, asegura.

El profesor Foing fue el responsable científico de la pequeña sonda SMART-1, el antecedente lunar de la ESA. Pero se trataba de una misión de demostración cuyo objetivo principal consistía en probar la propulsión iónica alimentada con energía solar.

SMART-1 despegó el 27 de septiembre de 2003 a bordo de un cohete Ariane 5 y el 15 de noviembre de 2004 entró en la órbita lunar, desde donde tomó imágenes en las bandas X e infrarrojas. Cumplida su misión, los técnicos europeos la estrellaron de forma controlada el 3 de septiembre de 2006 contra la superficie lunar.

Lo que ahora pretende la ESA es poner en marcha y obtener fondos para financiar una misión a la Luna en toda regla, que marcaría el camino de lo que sería una futura colonia internacional, lo que el propio director general de la Agencia denomina Moon Village.

El científico británico Mark Kidger, experto en asuntos lunares, en conversación con FLY NEWS, afirma que “instalar una colonia humana en el polo Sur de la Luna permitirá descomponer el hielo de agua y obtener oxigeno e hidrogeno en grandes cantidades”, lo que facilitaría “la investigación científica” y aportaría la energía necesaria “para extraer silicio, titanio, torio, uranio y otros metales ligeros y muy resistentes que allí abundan”.

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