Asegurarse que los cambios de software del helicóptero Ingenuity es el motivo por el que la NASA ha decidido retrasar el primer vuelo en Marte.
Tras retrasar un par de días el vuelo en Marte del helicóptero Ingenuity, la NASA decidió postponerlo de nuevo, al menos una semana.
Inicialmente el vuelo se programó para el domingo 11 de abril, pero el día anterior se decidió el aplazamiento. Después se reprogramó para hoy miércoles, pero de nuevo se decidió retrasarlo “al menos hasta la próxima semana”.
Tras haber sido depositado en el suelo marciano por el rover Perseverance, la NASA realizó diversas pruebas funcionales del Ingenuity, incluyendo hacer girar los rotores del mismo.
ASÍ BAJO INGENUITY A MARTE
La operación de depositar a Ingenuity sobre el suelo Marciano se desarrolló a lo largo de seis soles, como se denomina al día marciano.
En el primer sol se soltó el escudo protector y los pernos que sujetaban al helicóptero al rover.
El segundo sol, un dispositivo pirotécnico soltó el brazo que sujetaba a Ingenuity y comenzó el descenso haciéndolo girar al tiempo que Ingenuity desplegó dos de sus patas.
Durante el tercer sol se completó el giro del helicóptero, que quedó vertical.
En el cuarto se extendieron las otras dos patas. En ese momento estaba a 13 cm del suelo y sujeto por un perno y unos cuantos cables eléctricos con los que se cargaron completamente las baterías de Ingenuity.
En el quinto el Ingenuity tocó el suelo marciano y el rover se retiró para que el sol comenzase a recargar las baterías del helicóptero.
Finalmente, en el sexto sol, se comprobó que las cuatro patas tocaban el suelo; que el rover se había apartado unos cinco metros; y que ambos vehículos estaban en comunicación por radio.
El primer vuelo consistirá en ascender verticalmente a unos 3 metros de altura a razón de 1 metro por segundo. Tras permanecer unos 30 segundos en vuelo estacionario, volverá a amartizar. Si todo funciona bien, se programarán más vuelos con desplazamientos horizontales.
En estas pruebas se detectó un problema, cuya solución pasó por reescribir parte del software de control. El segundo aplazamiento se ha debido a la decisión de volver a modificar y cargar el software en el helicóptero y probar su funcionamiento.
No será hasta casi un día después del vuelo cuando se tenga confirmación de su éxito, o fracaso.
Unas horas después del vuelo, Ingenuity trasmitirá al rover datos de ingeniería del vuelo y comenzará a trasmitirlos a la Tierra. Se espera que con ellos comiencen a llegar algunas fotos y videos tomados desde el rover. Con ellas se espera poder confirmar el éxito del vuelo.
El resto de los datos y fotos en baja resolución y blanco y negro tomadas por el propio Ingenuity comenzarán a llegar al siguiente día. En el tercer sol se transmitirán dos fotos en color y alta resolución también tomadas por el helicóptero.
El Ingenuity pesa 1,8 kilogramos en la Tierra, o 0,68 kg en Marte por la menor gravedad de ese planeta.
Su altura es de 0,49 metros, con dos rotores contrarrotatorios de 1,2 metros de longitud que girarán a unas 2.400 rpm. Sobre estos se encuentra la placa de células solares usadas para recargar las seis baterías de ion-litio que aportan la electricidad precisa. La caja que forma el fuselaje y que incluye los sistemas del Ingenuity mide 13,6 x 19,5 x 16.3 cm, y se apoya sobre cuatro patas fabricadas en fibra de carbono de 38,4 cm de longitud. Con ellas, la parte baja del fuselaje queda a 13 cm del suelo.
LOS HERMANOS WRIGHT EN EL ESPACIO
El Ingenuity lleva además un pequeño fragmento del entelado original del Flyer con el que los hermanos Wright hicieron su primer vuelo el 17 de diciembre de 1903.
Tras resultar dañado en el tercer vuelo ese mismo día, el Flyer nunca más volvió a volar. Orville Wright restauró el mismo para su exhibición. Como parte de esos trabajos, sustituyó el entelado. Este fue después vendido en pequeños trozos para lograr fondos para nuevos aviones. Uno de estos es el que ahora está en Marte.
Neil Armstrong llevó en el vuelo del Apollo 11 varios trozos del entelado y algunas astilla del avión; después en la lanzadera Discovery, en el vuelo que hizo John Glenn, en 1988, y en el que también viajó el astronauta español y actual ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque también se transportó un trozo del entelado. Con motivo del vuelo número 100 de las lanzaderas espaciales, que correspondió también al Discovery, se llevó a la Estación Espacial Internacional otro fragmento.
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