El congresista republicano Jim Bridenstine, ex piloto de F-18 y E-2C Hawkeye, el candidato de Donald Trump famoso por negar el cambio climático, ha sido designado como nuevo Administrador de la NASA.
Siete meses y medio después de ser nominado por el presidente Trump para asumir la dirección de la NASA, finalmente se ha impuesto la presión presidencial y Jim Bridenstine, congresista republicano por Oklahoma de 43 años, acaba de ser confirmado por el Senado de Estados Unidos para convertirse en el administrador de la agencia espacial más importante y prestigiosa del mundo, la NASA.
Ex piloto naval de la US Navy que acumula 1.900 horas de vuelo en el avión de alerta temprana Grumman E-2C Hawkeye y en el Boeing F-18 Hornet, Bridenstine fue nominado por Trump el 1 de septiembre de 2017 para asumir la máxima responsabilidad de una agencia federal con un presupuesto del orden de los 20.000 millones de dólares y una plantilla de más de 18.000 empleados.
Pero los senadores demócratas que debían apoyar su candidatura se opusieron al nombramiento alegando su falta de experiencia en la dirección de grandes organizaciones, intereses privados contrapuestos y, sobre todo, por su perfil excesivamente político y conservador.
El puesto de administrador de la NASA estaba vacante desde que su anterior administrador, el ex astronauta y general del Cuerpo de Marines y ex astronauta Charles F. Bolden, dimitió el 20 de enero de 2017, nada más jurar Donald Trump el cargo de presidente de Estados Unidos. Desde entonces, el administrador asociado Robert Lightfoot tomó las riendas de la Agencia en calidad de administrador interino.
Administrador por un voto
Precisamente ha sido el anuncio efectuado en marzo por Lightfoot de que se retiraría de la NASA a finales de abril lo que ha llevado a varios senadores a cambiar su parecer y dar luz verde al candidato de la Casa Blanca.
Tras ser rechazado en varias votaciones, finalmente ayer, 19 de abril, Bridenstine fue aupado al puesto de nuevo administrador de la Agencia espacial en una emocionante votación en la que 50 senadores republicanos apoyaron su candidatura y 49 votaron en contra (47 demócratas y 2 independientes).
Las líneas generales de la política espacial de la administración Trump se inclina por regresar a la Luna y descartar nueva inversiones estatales en la Estación Espacial Internacional (ISS) a favor de iniciativas privadas. En cambio, Obama había proclamado su interés por enviar astronautas a los asteroides más cercanos como paso previo a llevar humanos a Marte a partir de 2030.
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