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Cifras clave de la industria de defensa en España

Foto: MANUEL IGNACIO PARDO DE VERA Accésit Mejor Fotografía 2021 Premios Ejército del Aire
Foto: MANUEL IGNACIO PARDO DE VERA Accésit Mejor Fotografía 2021 Premios Ejército del Aire

Con cifras del año 2021, últimas disponibles, los datos de este sector industrial mostraron su resiliencia y las nuevas oportunidades que se están generando después de la pandemia y por la Guerra de Ucrania.

Con una facturación en el peor año de la pandemia de 7.245 millones de euros, el sector de la industria de la defensa en España mostró su fortaleza, impulsado  además por nuevos programas aprobados durante el periodo, y otros en marcha, que dieron alas a la facturación, como decimos, en uno de los peores momentos de la industria aeronáutica a nivel mundial.

La aeronáutica de defensa fue la que más contribuyó a este resultado con un 64 por ciento de las ventas. Este porcentaje muestra cómo la fabricación de las plataformas aéreas es uno de los puntos fuertes de nuestra industria de defensa.

A la espera de conocer los resultados del año 2022, que según explica Ricardo Martí Fluxá en una entrevista en esta misma edición se publlicarán en las próximas semanas, todo indica que las cifras mejorarán, porque Defensa ha incrementado considerablemente su presupuesto, tanto en el 2022 como para el periodo actual, para conseguir cumplir con el compromiso con la OTAN de acercarnos a una inversión del 2 por ciento del PIB en el año 2029 en defensa, más urgente si cabe por las nuevas amenazas globales.

Sube el gasto en defensa en toda Europa

Según un informe de la consultora McKinsey & Company, a pesar de que la invasión de Ucrania en febrero en 2022 cambió las perspectivas europeas sobre la posibilidad de que un gran conflicto bélico se diera en Europa en el SXXI, el incremento en el gasto de los presupuestos de defensa no representa un cambio de tendencia en el largo plazo, debido principalmente a que muchos países europeos ya llevaban algún tiempo aumentando su gasto en este capítulo debido a las peticiones de la OTAN de elevar este gasto hasta el 2 por ciento del PIB, entre ellos España. Nuestro país adquirió un compromiso de ir elevando nuestro gasto en defensa hasta conseguir este porcentaje del PIB en la década de los años 30.

Este compromiso europeo con la OTAN dio lugar a una tasa de crecimiento anual medio en Europa del 6 por ciento en el periodo 2015 a 2021.

Desde Mckinsey señalan que a pesar de este crecimiento, muchos países de la OTAN no siguieron esta directriz. La invasión rusa de Ucrania ha cambiado esta circunstancia, y muchos países de Europa incluso se han comprometido a superar este 2 por ciento del PIB Nacional.

La consultora pone el ejemplo de Alemania, que anunció en febrero de 2022 que gastaría 100.000 millones de euros adicionales en defensa. Se trata de un cambio importante, teniendo en cuenta que el gasto militar del país, como porcentaje del PIB, se situó en una media del 1,3% entre 2008 y 2021.

Otros países europeos de la OTAN han anunciado planes similares. Polonia, por ejemplo, ha fijado un un presupuesto de defensa del 2,4% de su PIB para 2022 y prevé aumentar al 3% en 2023. El país podría añadir fondos adicionales, lo que haría que el presupuesto de defensa de 2023 se situara por encima del 4% del PIB.

La cercanía de las fronteras nacionales con Rusia es otro de los factores clave que está haciendo que algunos países europeos, todavía no OTAN, estén realizando anuncios en la misma línea: incrementar sus presupuestos de defensa, como Suecia y Finlandia, además de pedir la incorporación a la Alianza Atlántica, algo que ya ha conseguido Finlandia, que se convirtió en el país miembro número 31 el pasado mes de abril.

CÓMO AYUDAR A LA INDUSTRIA A SATISFACER LA DEMANDA

El estudio de MCKinsey se argumenta como una herramienta de ayuda para la industria a la hora  de conocer las necesidades específicas de los países europeos en una política común de seguridad, las decisiones de financiación en diferentes capacidades para que la industria planifique sus recursos para satisfacer esta demanda creciente.

El análisis de la empresa de consultoría contempla dos supuestos. Cuál hubiera sido el gasto en defensa de los países europeos sin la guerra  de Ucrania, y las previsiones de gasto por la invasión.

 Bajo el primer ángulo de análisis, aunque Rusia no hubiera invadido Ucrania, el gasto europeo en defensa habría aumentado de 296.000 millones de euros en el año 2021 a 337.000 millones en 2026, lo que representa un incremento del 14%.

Si se considera el impacto de la invasión de Ucrania, McKinsey estima que el gasto aumentará un 53 por ciento en el mismo periodo (escenario bajo) o un 65 por ciento (escenario alto) llegando a los 488.000 millones de euros en el periodo 2021-2026.

No obstante, como se indicaba al principio, se espera que cualquier aumento del gasto se produzca de manera progresiva, no inmediata, con lo que esto implica para la industria. La consultora alerta de otro peligro para la financiación de los programas de defensa en Europa, la subida de la inflación.  Por ejemplo, McKinsey estimó en marzo de 2022 que el Departamento de Defensa de EE.UU. podría perder unos 480.000 millones de dólares de poder adquisitivo en cinco años si la economía volviera a entrar en un periodo de alta inflación y bajos incrementos nominales del presupuesto de defensa.

Para Europa, la pérdida acumulada de poder adquisitivo podría acercarse a los 300.000 millones de euros en un escenario con una inflación media del 5% entre 2022 y 2026; en un escenario más conservador, con una inflación media del 3% durante este periodo, la pérdida acumulada de poder adquisitivo sería de unos 185.000 millones de euros.

El informe de Mckinsey lleva a cabo un análisis muy interesante acerca de qué equipos se deberían priorizar, desde el punto de vista de la situación actual de diferentes plataformas, tanto aéreas como terrestres y navales. 

Como parte de los «dividendos de la paz» del final de la Guerra Fría, el inventario de equipamiento militar disminuyó significativamente, sobre todo en las áreas de las principales plataformas: carros de combate principales (MBT), aviones de combate, buques de guerra de gran superficie y submarinos. Por ejemplo, el número de submarinos pasó de 107 en 1992 a 57 en 2022”, recoge el informe.

En el caso de los aviones de combate se ha pasado de 3.660 ejemplares en el año 1992 a 1.586 en 2022, un 57 por ciento menos de cazas en los países analizados: Alemania, España, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Turquía.

Además,  en algunas categorías, como municiones o vehículos blindados, se han enviado suministros de inventario para apoyar a las fuerzas armadas ucranianas, disminuyendo su recuento entre otras naciones europeas.

El otro riesgo que analiza el informe de Mckinsey es el de la disponibilidad de los equipos en servicio, problemas que han acusado a la Fuerza Aérea española en épocas recientes, como consecuencia de los importantes recortes de gasto en defensa originados después de la gran crisis financiera de 2008.

 En Italia, Francia y Alemania, recoge el informe, menos del 50% del material existente está disponible en algunas categorías importantes, como los helicópteros, debido a la necesidad de mantenimiento y reparaciones. En algunos casos, la disponibilidad es incluso inferior al 40%. Aunque algunas categorías de equipos tienen tasas de disponibilidad más elevadas, la preparación general es un reto persistente y podría beneficiarse de una mayor atención a medida que aumenta el gasto. Además de mejorar el mantenimiento de la flota actual, los países también podrían adquirir nuevas plataformas para aumentar la disponibilidad.

Por ejemplo en el caso de helicópteros llama la atención la baja disponibilidad de flota en algunos países, por ejemplo Francia solo tenía el 58% de su flota de helicópteros disponibles para el servicio en el año 2020,  en el caso de Alemania la cifra se veía reducida al 40% en 2021, y en el de Italia, en el periodo 2020-2021 el 36%.