La industria española manda, como se la suele denominar, una nueva carta a los reyes magos, elaborada durante más de un año por medio de la Plataforma Tecnológica Aeroespacial Española en forma de las Agendas Estratégicas de I+D+i de Aeronáutica y Espacio.
La Plataforma Tecnológica Aeroespacial Española (PAE) ha presentado en el ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades las Agendas Estratégicas de I+D+i de Aeronáutica y Espacio con la presencia de un elevadísimo número de altos directivos de la industria aeroespacial española, tantos que hubo que cerrar las inscripciones al superarse el aforo de la sala.

La Plataforma Tecnológica Aeroespacial Española agrupa a 139 empresas, centros tecnológicos, universidades y entidades colaboradoras, y su misión es impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación en el sector aeroespacial.
Para elaborar estas dos agendas, en la PAE se establecieron dos grupos de trabajo verticales, uno aeronáutico, liderado por Airbus, y uno espacial, por GMV; y seis horizontales: Apoyo institucional y financiación pública, liderado por Airbus e ITP Aero; Propulsión, por ITP Aero; Producción y diseño, por FIDAMC; Sistemas, por la universidad Politécnica de Valencia; Tecnologías específicas de defensa, por Indra; y Autonomía, por CATEC. En total 65 miembros de PAE participaron en estos grupos de trabajo.

El resultado de esos grupos de trabajo ha sido la selección de 14 clases de tecnologías verticales en aeronáutica y 9 en espacio, tanto civiles como militares, y 33 horizontales en las que la industria considera que se debe trabajar para garantizar la soberanía tecnológica de España en este sector industrial. Todo ello, según explicaron Jaume Marcos, responsable español de Planificación Tecnológica y Hoja de Ruta de Airbus, y encargado de presentar la agenda aeronáutica, y Almudena Sánchez, ejecutiva de desarrollo de Negocio en GMV, que presentó la espacial; tras haberse definido unos 130 objetivos, que después se priorizaron a esos pocos más de 40.

Después, de cada uno de estos segmentos se analizó, con un objetivo de entre 2040 y 2050, que avances se pueden esperar. Desde la evolución de productos ya en servicio o en sus últimas fases de desarrollo y certificación hoy en día, al lanzamiento de nuevos programas.
También se ha hecho una evaluación de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de la industria aeroespacial española, y finalmente una selección de lo que se consideran prioridades tecnológicas horizontales y verticales en aeronáutica y en espacio.

Sobre la financiación pública, en la presentación de estas agendas participaron también Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación; Hector Guerrero, subdirector general de Política y Estrategia Aeroespacial, Juan Antonio Tébar, director de Políticas de Innovación de CDTI; Isabel Pérez, directora de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Agencia Espacial Española; y José Moisés Martín, director general de CDTI.

Todos ellos hicieron referencia a dicha financiación, dando cifras de la inversión en el PERTE Aeroespacial, así como de los diversos programas, pasados, presentes y futuros de ayudas y apoyos financieros que manejan cada uno de sus departamentos.
Marcos y Sánchez, junto a Luis Guerra, presidente de la PAE, volvieron a reclamar la necesidad de un marco de inversiones plurianaual y estable que permita a la industria planificar grandes inversiones a largo plazo. Desde la administración se apoyó esta petición. Guerrero, por ejemplo, señaló que: “Los programas de I+D+i, sin apoyo de la administración no salen adelante”, pero que “los organismos públicos debemos ser invisibles, son las empresas quienes deben generar la riqueza”.

Tébar, por su parte afirmó que: “Queremos ser posibilistas, y si hay una posibilidad la vamos a abordar”; y Martín que: “Tenemos que tener ambición, ambición en el largo plazo, no ambición en el próximo año. Necesitamos ambición para los próximos 10 años porque estamos buscando el futuro de las próximas generaciones en nuestro país que indudablemente van a pasar por este sector. Si queremos que para el año 2030 o 2032 España sea un país tecnológicamente competitivo al máximo, donde tengamos asegurada nuestra economía estratégica y nuestra salud económica tecnológica, tenemos que empezar a trabajar ya con los ojos puestos en esa dirección, no en el próximo programa, sino en generar un proceso que nos lleve hasta esta situación”.
Este vector industrial y tecnológico es VITAL Y DECISIVO para nuestra correcta evolución dadas las específicas y fundamentales características de naturaleza DUAL Y DIVERSIFICADORA , además de procurarnos una independencia y una libertad ESENCIAL Y NECESARIA para asegurar y desarrollar nuestra DEFENSA como parte fundamental para la supervivencia de nuestra democracia y de nuestros valores .