Washington da luz verde a la fusión entre United Technologies y Rockwell Collins, que de completarse se convertirá en la más grande la historia de la industria aeroespacial.
El Departamento de Justicia norteamericano ha puesto como condición una desinversión en dos sectores aeroespaciales, con el fin de preservar la competencia en los mismos. La fusión, por un valor cercano a los 26.000 millones de euros, quedaría pendiente de la aprobación por parte de las autoridades chinas.
Rockwell Collins tendrá que deshacerse de su división de sistema de deshielo de alas por sistema neumático, y de su división de actuadores para el trimado de estabilizadores horizontales. “Esta decisión asegura a los clientes que seguirán beneficiándose de que haya competencia en el suministro de dos componentes que son críticos para la seguridad”, afirmó Makan Delrahim, uno de los responsables de la División Antitrust.
Las autoridades antitrust de la Unión Europea, y las de Canadá, han colaborado con las norteamericanas para la clarificación de este caso.
Lo compradores de ambas divisiones deben ser aprobados por las autoridades norteamericanas. En el caso de los actuadores para los estabilizadores horizontales, se habla directamente de SAFRAN, como posible adquirente, aunque no se descartan otros posibles compradores.
Kelly Ortberg, actual presidente y CEO de Rockwell Collins, quedará como responsable de Collins Aerospace, la compañía combinada resultante, y David Gitlin, actual presidente de UTC Aerospace Systems, actuará como responsable de operaciones. UTC presentará un plan estratégico donde detallará su visión a partir de la fusión de los dos gigantes, en un par de meses.
UTC, uno de los mayores suministradores de equipos para la industria aeroespacial, tiene su sede central en Connecticut, y factura anualmente alrededor de 52.000 millones de euros. Rockwell Collins, con sede en Iowa, facturó el año pasado cerca de 6.000 millones de euros.
Añadir comentario