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Junkers T.29, un entrenador para probar nuevos conceptos

El 22 de abril de 1925 recibe su certificado de aeronavegabilidad el Junkers T29, un avión biplaza lado a lado, monomotor enteramente metálico, y primer avión escuela producido por Junkers.

El primer vuelo se había realizado el 12 de enero, pilotado por Zimmerman desde Dessau. Este monoplano se diseñó para probar el doble ala patentada por Junkers, que usa alerones a lo largo de todo el ala. Esta solución se vería luego implementada en otros modelos como el Ju-52 o el Ju-87.

El diseño es de Ernst Zindel. El avión, enteramente metálico, con superficies corrugadas al estilo Junkers, tenía una disposición lado a lado, con parabrisas separados y doble control de vuelo. Detrás de los pilotos había un espacio para equipaje. El diseño presentaba una barra antivuelco para proteger a los pilotos, que le otorgaban un aire muy llamativo, y le ganó el apelativo de “plancha voladora”.

El motor era un Junkers L1a, refrigerado por aire en el primer prototipo y un L1b en el segundo, ambos seis cilindros en línea, refrigerados por agua. El tren de aterrizaje era fijo, con amortiguadores de aceite muy generosos en la base del tren. Las características de vuelo del T29 fueron muy bien consideradas, especialmente su velocidad en pérdida, de solo 70 km/h, gracias a su novedosa doble ala.

Los dos aviones participaron en la Deutsche Rundflug de 1925, una carrera de cinco etapas y 5242 km de longitud, en la que quedaron en tercera posición, y obtuvieron un premio de 10.000 marcos. A pesar de ello, el modelo no obtuvo compradores, probablemente debido a que no se consideraba posible utilizar un monoplano metálico para escuela. El precio también era superior al de sus competidores.

 

PUBLICADO EN EL BLOG SHAPINGUPFUTURE