El 31 de marzo de 1915 se intenta que La Crisálida, como se ha bautizado al giróptero de Papin y Rouilly haga su primer vuelo. No tiene éxito y termina con daños en el agua del lago de Cercey en Cote d’Or.
La comisión del ejército que fue a ver las pruebas quedó desilusionada, y poco después retiraría el apoyo a este proyecto, para dedicarlo a usos más directos a los intereses de la guerra que se estaba desarrollando en Europa.
Este extraño aparato es fruto de las ideas de Alphonse Papin y Didier Rouilly, dos jóvenes ingenieros que vieron posibilidades en las formas de la semilla de arce, y como se desplazaba en el viento. De esta forma, el 14 de enero de 1910 presentan su idea en la Academia de Ciencias, y el 6 de mayo de 1911, patentan su invento. EL ejército francés se interesa y se aviene a financiar los estudios necesarios para fabricar un aparato.
En 1913 aparece un prototipo, con un ala de 17 metros de envergadura, que gira alrededor de la cabina de pilotaje. El motor es un Rhone rotativo de 9 cilindros y 80 CV de potencia, situado al otro lado del ala para equilibrar el conjunto. El motor acciona un ventilador que introduce aire hacia el ala, que comienza a rotar por acción del aire expulsado por su extremo. Una parte del aire se desvía a una tobera auxiliar para mantener la cabina del piloto sin movimiento.
Este ingenio debía ser una mezcla entre un helicóptero y un avión, pudiendo aterrizar y despegar verticalmente y volar como un avión (pero de la misma manera que un boomerang). En caso de avería, el giro del ala permitiría un regreso a tierra lento y controlado.
En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y los ingenieros parten para el frente. El proyecto queda en suspenso, aunque el interés del ejército persiste. Uno de los ayudantes se pone de acuerdo con los militares y planifica una prueba. Papín llega justo a tiempo para ver que el ingenio no está preparado y aunque hace lo posible no puede impedir que la falta de potencia impida su despegue del agua y sufra serios daños. El ensayo se considera no concluyente, y se recomienda su cancelación.
Sin embargo, el motor produjo una fuerza ascensional de 350 kg (el giróptero pesaba 600 kg) insuficiente para elevarlo. Los ingenieros habían previsto un motor de al menos 100 CV y aligerar el aparato, pero esto no ocurrió. Un aparato más simple fue propuesto en 1917, pero no fue aceptado.
Después de la guerra ambos ingenieros siguieron intentando conseguir apoyo para llevar a cabo su proyecto. En 1928 logran ser escuchados de nuevo y se construye un modelo a mitad de escala que es ensayado en los laboratorios de aerodinámica Eiffel. Los informes no fueron favorables y las últimas noticias sobre Papin son de 1936, cuando el proyecto puede darse por abandonado.
El concepto ha sido retomado de nuevo en forma de dron. Un equipo de la universidad de Maryland creó un modelo operacional de 30 cm de envergadura bautizado Samara-I, e incluso Lockheed Martin ha producido un prototipo llamado Samarai, equipado con una cámara en miniatura.
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