Si hace dos semanas era Air France quien anunciaba un ERTE para el 90 por ciento de su plantilla por la crisis del COVID-19, ahora han sido British Airways y Lufthansa las que proceden de igual manera.
Las tres mayores aerolíneas europeas, Air France, British Airways y Lufthansa han decidido aplicar despidos temporales en sus plantillas que suman cerca de 155.000 trabajadores: Unos 32.000 en la francesa, más de 34.000 en la británica y más de 87.000 en la alemana.
En el caso de British Airways, su matriz IAG ha anunciado además un nuevo recorte de las operaciones. Del previsto recorte mínimo del 75 por ciento en términos de asientos kilómetro ofertados (AKO) a un 90 por ciento de reducción para los meses de abril y mayo. “International Airlines Group (IAG) continúa tomando todas las medidas para reducir los gastos operativos y mejorar el flujo de caja”, han señalado.
Y como decimos, este recorte ha venido acompañado de un ERTE “Esquema de Retención de Empleos” en Reino Unido. Para ello han alcanzado “un acuerdo con los sindicatos, GMB y Unite, para aplicar este esquema a más de 30.000 tripulantes de cabina y empleados de tierra en abril y mayo. Bajo este esquema, los empleados sujetos a suspensiones temporales de contratos recibirán el 80 por ciento de su salario base y de ciertas asignaciones. Este acuerdo está sujeto a ratificación sindical”. Además, en otro acuerdo, sus 4.000 pilotos han aceptado cuatro semanas de baja no remunerada en abril y mayo.
IAG en España está aplicando un ERTE a más de 17.000 empleados de Iberia y Vueling y está negociando otro en Aer Lingus.
El Grupo Lufthansa por su parte ha solicitado la misma medida para 87.000 empleados del grupo de todas las empresas que lo componen. La mitad de los empleados afectados trabajan en la aerolínea Lufthansa (27.000), Austrian (7.000) y Swiss (9.500). En total en torno al 66 por ciento de todos los del grupo. En este caso se ha solicitado para los meses de marzo y abril con efectos retroactivos. Este ERTE no afecta a los pilotos que están negociando por separado. En Alemania los trabajadores recibirán un 90 por ciento de su salario: hasta un 67 por ciento del neto pagado por el Estado, y el resto por la aerolínea.
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