Ryanair ha anunciado varias medidas para seguir luchando contra el COVID-19, incluyendo oponerse a las ayudas a otras aerolíneas y despedir a 3.000 empleados.
3.000 despidos es la primera de las nuevas medidas que Michel O’Leary, consejero delegado de Ryanair acaba de anunciar como consecuencia de la pandemia del COVID-19, y sus nuevas previsiones de mercado.
En los meses de abril, mayo y junio, Ryanair espera ahora transportar menos de 150.000 pasajeros, un 99,5 por ciento menos que los que había previsto. En ese tiempo solo operará un 1 por ciento de los vuelos que había programado antes de que los gobiernos impusieran las limitaciones a la movilidad.
Para el siguiente trimestre, Ryanair espera que comience a permitirse los viajes aéreos, y transportar un 50 por ciento de los 44,6 millones de pasajeros que había previsto. Con ello, para su año fiscal que terminará el 31 de marzo de 2021 estima que transportará menos del 65 por ciento de los 154 millones pasajeros previstos para ese año. Esto situaría a Ryanair por debajo de los 100 millones de viajeros.
Con estos descensos de pasaje, Ryanair espera perder en el primer trimestre de su año fiscal (abril a junio) más de 100 millones de euros y todavía más en el siguiente trimestre.
Esta disminución del tráfico no afectará tan solo a ese año fiscal, sino que se alargará ya que “creemos que los volúmenes de pasajeros tardarán un tiempo en regresar. La confianza del consumidor se verá afectada por las restricciones de salud pública, como los controles de temperatura en los aeropuertos y las mascarillas para los pasajeros y el personal a bordo de los aviones”.
Como consecuencia de esta disminución de pasajeros, Ryanair reconoce que ya ha iniciado negociaciones con Boeing y con las empresas de leasing de los A320 de Laudamotion para reducir las entregas de aviones a lo largo de los próximos 24 meses.
Y como hemos señalado, también, dado que no esperan volver a volar al menos hasta julio, ante la competencia desleal de otras aerolíneas, y que estiman que llevará como mínimo dos años, hasta el verano de 2002, recuperar los niveles de pasaje y precios de 2019, Ryanair ha decidido despedir a hasta 3.000 empleados entre todas las aerolíneas del grupo, a partir de julio de 2020, para lo que está iniciando conversaciones con los sindicatos. Pilotos y TCP serán los colectivos más afectados por estos despidos. Además aplicará medidas de vacaciones sin paga, reducción de salarios de hasta un 20 por ciento y el cierre de numerosas bases.
Michael O’Leary se recortó el sueldo un 50 por ciento en abril y mayo y ha anunciado que prolongará este recorte hasta el final del año fiscal el 31 de marzo de 2021.
Además, Ryanair vuelve a su guerra contra las aerolíneas tradicionalmente llamadas de bandera: “Ryanair espera que el tráfico con vuelos reducidos se vea estimulado por importantes descuentos en los precios y ventas por debajo del costo de los transportistas de bandera con enormes ayudas estatales (o nacionalización en el caso de Alitalia). Estas tarifas más bajas requerirán incentivos agresivos en los precios de los aeropuertos para alentar a los pasajeros a viajar, y Ryanair continúa pidiendo a los gobiernos de la UE que reduzcan los impuestos a los pasajeros, los impuestos aeroportuarios y los impuestos de salida en toda la industria como una mejor alternativa al ‘dopaje’ selectivo de ayuda estatal para las aerolíneas de bandera”.
Para reforzar esta idea, desde Ryanair señalan las ayudas estatales recibidas o prometidas a otras aerolíneas (sin contar “ayudas” por ERTE): Grupo Lufthansa, más de 12.400 millones de euros, Grupo Air France-KLM, más de 10.100 millones; Grupo TUI, más de 1.800 millones, Alitalia, más de 1.700 millones; SAS, más de 800 millones; Finnair más de 700 millones; y Norwegian, más de 300 millones.
Para Ryanair estas ayudas van en contra de la regulación de la Unión Europea y distorsionarán la competencia en el mercado del transporte aéreo europeo durante años. «Lufthansa, Air France-KLM y Alitalia podrán financiar durante muchos años vender por debajo del costo, mientras que Ryanair y otras aerolíneas bien gestionadas no van a pedir, y no recibirán, esas ayudas estatales”.
En vista de ello, Ryanair ha anunciado que llevará a los tribunales estas ayudas gubernamentales. Para ellos las ayudas deben ser transparentes y no discriminatorias como ayudas a los pagos de salarios. En su lugar los gobiernos podían haber suprimido o bajado las tasas que los pasajeros deben pagar en sus billetes “lo que habría beneficiado a todas las aerolíneas y pasajeros por igual y no solo a la compañía de bandera local”. Además pone como ejemplo lo que ocurre en Francia. El Estado está devolviendo las tasas aeronáuticas solo a las aerolíneas francesas, Todas las demás deben pagarlas. “Esta discriminación de rescate viola claramente las normas de ayuda estatal y de competencia”, sentencian desde Ryanair.
Añadir comentario