Con casi tres meses de operaciones suspendidas, y una caída del tráfico del 80 por ciento, el grupo low cost irlandés ha logrado limitar sus pérdidas de seis meses a algo más de 400 millones de euros.
El grupo Ryanair ha anunciado que en los seis primeros meses de su año fiscal (que comienza el 1 de abril) el número de pasajeros que han viajado en sus aviones se ha reducido en un 80 por ciento, de 85,7 millones en el mismo período de 2019 a 17,1 millones en 2020, al tiempo que la ocupación media de sus aviones se ha reducido del 96 al 72 por ciento.
Con estas cifras, su facturación descendió un 78 por ciento, de 5.390 millones de euros a 1.180 millones, si bien sus costes operativos se redujeron un 68 por ciento de 4.100 millones a 1.350 millones de euros. Estas cifras han llevado a convertir los 1.150 millones de euros de beneficio del período abril-septiembre de 2019 en unas pérdidas de 197 millones de euros a las que hay que sumar un cargo extraordinario de 214 millones de euros más por costes extra de combustible y por los retrasos en las entregas de los Boeing 737 MAX, para un total de 411 millones de euros.
Este cargo extraordinario hace referencia a los costes de los aseguramientos de combustible que se han tenido que pagar a pesar de no haberse consumido el mismo.
Desde Ryanair recuerdan el cierre de fronteras y prohibiciones de viajar impuestas por numerosos gobiernos entre mediados de marzo y el final de junio, período en el que las aerolíneas del grupo tan solo realizaron algunos vuelos de repatriación. Desde el 1 de julio fue restaurando su red, si bien “La confianza de los pasajeros y las reservas anticipadas en el invierno de 2020 se vieron afectadas negativamente por el regreso de las restricciones de vuelo descoordinadas de los gobiernos de la Unión Europea en septiembre y octubre”, destacan.
Ante esta situación, Ryanair ya ha anunciado un recorte en sus operaciones sobre los que ya había realizado, estimando que no operará este invierno más de un 40 por ciento de los vuelos del pasado invierno y que no transportará a más de 38 millones de viajeros en su año fiscal “aunque esta guía podría revisarse a la baja si los gobiernos de la Unión Europea continúan administrando mal los viajes aéreos e imponen más restricciones de viaje descoordinadas o cierres este invierno” apostillan.
También han destacado que “Los equipos de servicio al cliente de Ryanair (apoyados por Ryanair Labs) han procesado un volumen sin precedentes de cambios de vuelos de clientes y cancelaciones por el COVID-19, mientras procesan una acumulación récord de reembolsos causados por casi 4 meses de cancelaciones de vuelos impuestas por los gobiernos de la Unión Europea. Este proceso se vio frustrado por las OTA [Agencias de Viaje Online] sin licencia, muchas de las cuales proporcionaron contactos falsos con el cliente y detalles de pago falsos en el momento de la reserva. A pesar de la enormidad de la tarea, casi todas las solicitudes de reembolso que no son de OTA ahora se han resuelto mediante reembolsos en efectivo o cupones”.
Sobre sus resultados comentan que “El Grupo ha acordado modestos recortes salariales con nuestra gente y sus sindicatos que ayudaron a minimizar la pérdida de puestos de trabajo. Lauda se ha reestructurado por completo, se acordaron mejores condiciones con nuestros proveedores de mantenimiento, arrendadores, marketing y otros proveedores y se renegociaron muchos acuerdos con aeropuertos. Nuestros equipos de desarrollo de rutas están trabajando con aeropuertos socios en toda Europa”.
Así como que “se están llevando a cabo conversaciones con los proveedores de aeronaves para modificar los precios para reflejar la nueva realidad del COVID-19”.
Igualmente, desde Ryanair, que acusan a numerosas aerolíneas europeas de haberse beneficiado de ayudas ilegales por parte de sus gobiernos que distorsionará “la competencia y permitirá a los transportistas de bandera fallidos realizar ventas por debajo del costo durante muchos años”; reconocen estar haciendo uso de ayudas de ese tipo al haberse acogido a varios ERTE.
Sobre los Boeing 737 MAX que hemos citado, también aprovechan la presentación de estos resultados para señalar que ya hace 18 meses que debían haber recibido los primero, y que ahora, con el último, por ahora, calendario que usan en Boeing, esperan, “ojalá”, aceptar la entrega del primero a principios de 2021 y tener unos 30 en servicio para la temporada alta del verano de 2021. Al mismo tiempo siguen negociando con Boeing pagos compensatorios por los retrasos “Las discusiones sobre compensación no se finalizarán ni concluirán con Boeing hasta que el MAX vuelva al servicio y se puedan finalizar y acordar los cronogramas de entrega revisados”.
Otro asunto sobre el que también comentan es la situación de las negociaciones del Brexit: “Esperamos que, antes del final del Período de Transición en diciembre, el Reino Unido y Europa lleguen a un acuerdo comercial para cubrir los viajes aéreos que permitirá que continúe la libre circulación de personas y el mercado de aerolíneas desregulado entre el Reino Unido y Europa. Como grupo de aerolíneas de la Unión Europea , Ryanair debería verse menos afectada por un Brexit sin acuerdo que nuestros competidores registrados en el Reino Unido. Sin embargo, todavía esperamos que el Brexit cause consecuencias comerciales adversas”.
Cierran su presentación de resultados destacando que para la segunda mitad del año fiscal (1 de octubre a 31 de marzo) esperan que las pérdidas sean mayores que en la primera mitad.
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