El Consejo de Seguridad Nacional aprobó en la reunión que tuvo lugar el 12 de abril la primera Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional española.
La primera Estrategia de Seguridad dedicada al ámbito aeroespacial que se ha redactado en seis meses desarrolla las previsiones de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 y expresa que el sector aéreo es “uno de los elementos vertebradores del Estado” y un sector “estratégico de la economía nacional”, una industria “en crecimiento constante” y que España está entre las “primeras potencias mundiales, con empresas de primera línea y presencia internacional”.
A lo largo de sus páginas se destaca que la aviación transporta al 80 por ciento del turismo, que es un tejido industrial que se desarrolla de forma exponencial, que su contribución directa al PIB nacional representa el 2,5 por ciento y que el emergente mercado de los drones posibilitará “el desarrollo económico de otros muchos sectores”.
En su vertiente militar, el documento incide en que España tiene asignado un espacio aéreo que, desde el punto de vista de la defensa y la seguridad aérea nacional e internacional, representa una responsabilidad considerable, pero que nuestro país dispone de un potente sistema integrado en el de la OTAN, que es el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de Torrejón (CAOC-TJ), desde donde se dirige la defensa aérea del flanco sur de la Alianza Atlántica ‒que abarca desde Turquía hasta las islas Canarias‒, papel al que califica de fundamental para la seguridad aeroespacial de España.
En relación con el marco espacial, la nueva Estrategia asegura que nuestro país es miembro importante de varias organizaciones internacionales, que participamos en los principales proyectos europeos e internacionales, que en nuestro territorio existen importantes infraestructuras espaciales y que en la actualidad se desarrollan “nuevas capacidades nacionales de vigilancia y seguimiento que van a permitir elaborar un catálogo de objetos espaciales en órbita”.
Resalta que el espacio proporciona “discreción y libertad de acción”, tiene un potencial económico enorme pero que está débilmente regulado ‒excepto en materia de comunicaciones‒, por lo que la creciente facilidad de acceso introduce nuevos actores, estatales y no estatales, que compiten por los recursos, lo que lo convierte al espacio “en un foco potencial de disputas, amenazas y desafíos que las naciones deberán afrontar individual y colectivamente”.
Señala que la industria aeroespacial es muy importante para el país y que debe mantenerse y protegerse por su estrecha relación con la defensa, su contribución al PIB nacional y los numerosos puestos de trabajo de alta cualificación que aporta.
Desde el punto de vista de la seguridad, la Estrategia considera que el espacio aéreo y ultraterrestre forman un único ámbito, en el que las amenazas y desafíos “se desarrollan a gran velocidad, lo que implica un tiempo de reacción muy corto” y, por tanto, exige disponer de estructuras de decisión en tiempo casi real, apoyadas en sistemas de mando y control fiables, perfectamente coordinadas, tanto a nivel nacional como internacional, y en estado de disponibilidad permanente.
En el plano de las amenazas, se destaca que las dos más importantes por su capacidad destructiva y devastadora son “la utilización del instrumento aeroespacial en conflictos armados y la proliferación de armas de destrucción masiva”.
También subraya como amenazas las incursiones no autorizadas, los secuestros de aeronaves, el sabotaje de aeronaves e instalaciones, la perturbación de sistemas de comunicaciones, posicionamiento y vigilancia, las ciberamenazas, el uso del transporte aéreo para actividades del crimen organizado tales y la utilización de drones para cometer atentados terroristas o tráficos ilícitos.
Fuentes del Departamento de Seguridad Nacional habían informado a Fly News que la Estrategia sería aprobada a finales de 2019, pero los trabajos del Comité Técnico formado por representantes de seis ministerios ‒incluido el CNI‒ y presidencia del Gobierno responsable del borrador del documento han progresado de manera rápida desde su primera reunión en octubre de 2018.
Junto a la Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional, el Consejo Nacional de Seguridad también dio luz verde en su reunión del 12 de abril a la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2019 (que revisa la de 2013) y a la Estrategia Nacional de Protección Civil,
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