Tal y como había adelantado el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en la reunión del consejo de ministros se ha aprobado un crédito extraordinario para el Ministerio de Defensa.
999.793.477 euros es la cifra que el consejo de ministros ha autorizado, procedente del fondo de contingencia, como crédito extraordinario al ministerio de Defensa “para atender los gastos extraordinarios de las Fuerzas Armadas ocasionados por la invasión de Ucrania”.
Esto ha desatado una nueva polémica entre las dos partes del Gobierno, una vez que desde Unidas Podemos se han opuesto a cualquier aumento del presupuesto del ministerio de Defensa.
Este préstamo se ha habilitado como primer paso del compromiso del Gobierno español durante la Cumbre de la OTAN en Madrid para aumentar el gasto de defensa hasta el 2 por ciento del PIB, compromiso que se había tomado ya hace años, pero que se había quedado flotando en el limbo,
Entre esos gastos extraordinarios a los que se refiere el gobierno, se incluye el armamento y equipos que España ha donado a Ucrania (valorado en unos 660.000 euros según ha señalado Yolanda Díaz, vice presidenta segunta y ministra de Trabajo), así como nuevos despliegues de unidades del Ejército del Aire en misiones de patrulla aérea en los países bálticos y el mar Negro, y el despliegue del Ejército de Tierra, incluyendo blindados, en Letonia como parte de una fuerza multinacional de la OTAN para defender la frontera con Rusia y Bielorrusia. 337.000 euros del préstamo servirán para cubrir los denominados “gastos ordinarios”, que incluyen por ejemplo el valor de los 200 camiones del Ejército de Tierra cedidos a Ucrania, pero también los gastos del viaje del buque logístico Ysabel del Ejército de Tierra para entregar material a Ucrania.
Pero el gran protagonista del transporte de ayuda militar a Ucrania ha sido el Airbus A400M que equipa al Ala 31 de la base aérea de Zaragoza. De estos vuelos destaca el realizado el 11 de marzo, cuando uno de estos A400M aterrizó en Torrejón con una treintena de niños ucranianos enfermos de cáncer y sus familias para ser tratados en España.
Dentro de estas operaciones, también se produjo otra operación histórica para el Ejército del Aire. El 29 de marzo de 2022, el primero de los A330 del Ejército del Aire llevaba a cabo su primera misión operativa fuera de territorio nacional, trasladando a 85 niños huérfanos ucranianos y 43 acompañantes a España desde Rzeszow (Polonia), la ciudad que se convirtió en el centro del envío de ayuda a Ucrania. Allí llegaban la mayoría de los aviones, y desde allí partía dicha ayuda por tierra a Ucrania.
VIGILANDO A RUSIA
Aunque el Ejército del Aire comenzó en 2006 sus despliegues en las repúblicas bálticas dentro de la operación Policía Aérea del Báltico de la OTAN, no fue hasta 2015 cuando estos despliegues se convirtieron en rotaciones regulares.
La anexión de Crimea por parte de Rusia llevó a la OTAN a organizar una segunda misión de policía aérea, esta vez en el mar Negro, operando desde Bulgaria o Rumanía.
En 2021 se llevó a cabo el primer despliegue en esta segunda operación. “Desde el 1 de febrero hasta el 31 de marzo del año pasado se desplegaron seis Eurofighter del Ala 11 y 130 aviadores españoles en la base aérea Mijail Kogalniceanu, cerca de la ciudad de Constanza, en la costa rumana del mar Negro. Fue la primera vez que el Ejército del Aire desplegaba en el flanco sur de la Alianza y la misión se saldó con más de 400 horas de vuelo y una decena de interceptaciones de aviones rusos que volaban sobre el mar Negro sin transpondedor ni plan de vuelo comunicado a las autoridades de navegación aérea civil, en misiones de entrenamiento y de valoración de la capacidad de respuesta de los aliados”, nos contaban Ángel Vegas y José Luis Grau en Fly News en un reportaje sobre estos despliegues.
Sobre el despliegue de 2022 nos señalaban: “El pasado 11 de marzo cuatro Eurofighter del Ala 14 volaban hasta la base aérea Graf Ignatievo, cercana a la ciudad de Plvdiv (Bulgaria). Equipados desde enero con el misil aire-aire de medio alcance MBDA Meteor, los Eurofighter han reforzado a los MiG-29 de la fuerza aérea búlgara en su misión de control del espacio aéreo y de disuasión ante las incursiones de aviones de la fuerza aérea rusa. El día 30 de marzo finalizaba esta misión.
Es de destacar que el control aéreo de esta zona del flanco sureste de la OTAN, como el de todo el flanco sur de la Alianza, se dirige desde la base aérea de Torrejón en Madrid. Allí, el Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC Torrejón, por sus siglas en inglés) recibe las trazas detectadas por los radares situados en todos los países aliados y ordena el lanzamiento de los scrambles, los despegues rápidos de los cazas para interceptar a la aeronave que infrinja las normas internacionales de navegación aérea”.
Nada más terminar este despliegue, ocho F/A-18 del Ala 12 volaban a la base lituana de Siauliau para cumplir una nueva rotación en el Báltico. Sobre esta nos destacaban que: “Ninguno de los destacamentos que se vienen realizando desde hace 15 años en los países bálticos ha contado con semejante número de aviones”.
Y es que tras el estallido de la crisis de Ucrania en 2014 y el aumento de las violaciones del espacio aéreo báltico por parte de aviones rusos, la misión se reforzó, pasando de cuatro aviones de combate de un país aliado a 12 cazas de tres países.
“Los ‘bizcochos’, como son conocidos en la fuerza aérea española, han llegado antes de lo que correspondía en las rotaciones anteriores de la guerra y en Siauliau todavía continúan cuatro F-16AM del Componente Aéreo de las Fuerzas Armadas de Bélgica y otros tantos F-16C de la Fuerza Aérea de Polonia. A este despliegue hay que sumar los aviones basados en Amari (Estonia). Una fuerza aérea considerable para mandar un mensaje claro a Rusia y marcar una línea roja que tiene que quedar meridianamente clara” nos ilustraban Grau y Vegas.
En el caso de las operaciones bálticas, es el CAOC de Uedem, en Alemania, el encargado del control.
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