El modelo de avión opcionalmente tripulado que Indra desarrolla con la Xunta de Galicia, Targus OPV, a través de la Civil UAV,s Initiative, inicia su fase final de ensayos en vuelo.
Indra y la Xunta de Galicia han dado inicio a la campaña de pruebas de vuelo finales del Targus, el Avión Opcionalmente Pilotado (OPV) que está preparado para dar apoyo en misiones de búsqueda y rescate, extinción de incendios, protección medioambiental y del territorio y control de usos del suelo, entre otras aplicaciones y, que como su propio nombre indica, presenta la doble opción de volar de forma autónoma o con un piloto a bordo, al modo convencional.
Los pasados meses de junio y julio, el Targus ya completó una primera serie de pruebas en las que se demostró su capacidad para ser pilotado en remoto desde tierra y volar de forma autónoma, siguiendo una serie de “waypoints” predefinidos. Ahora, según explica Indra, la aeronave comienza a volar con su sistema de misión completo, que se compone de un sofisticado radar y cámaras electroópticas e infrarrojas giro-estabilizada que recogen y envían datos a la estación de control en tiempo real.
Las pruebas se están realizando en el aeródromo de Rozas y se llevan a cabo con un dron de 1,25 toneladas de peso y 11 metros de envergadura, que está volando en espacio aéreo no segregado como si fuese una aeronave más. El Targus realiza todas las pruebas de esta campaña con un piloto a bordo que se encarga de llevar a cabo la maniobra de despegue y aterrizaje y de ceder a la estación de control en tierra el mando de la aeronave una vez en el aire.
En paralelo a estas pruebas de vuelo, Indra ha concluido el desarrollo de su Centro de Misión y Procesado de Datos, un sistema de información que proporciona utilidades de persistencia, disponibilidad, unicidad, concentración, post-procesado y valorización comercial de los datos capturados por sistemas no tripulados, tanto aéreos, como marinos, como terrestres.
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