La reentrada incontrolada (otra vez) de un cohete chino Long March ha supuesto que Eurocontrol y Enaire hayan cerrado parte del espacio aéreo español y europeo.
El 31 de octubre China lanzó, desde el Centro de Lanzamiento Espacial Wenchang, en la isla de Hainan el módulo Mengtian para la estación espacial Tiangong que está construyendo en la órbita terrestre.
Para ello uso uno de sus cohetes Long March 5, el cual tras finalizar su uso, quedó abandonado y en una órbita descendente que le ha hecho reingresar en la atmósfera terrestre esta mañana.
Dado que la atmósfera no es una esfera perfecta sobre la superficie terrestre, aunque el cohete, de 17,8 metros de largo y 4,2 metros de diámetro, con un peso estimado de entre 17 y 23 toneladas en el momento de la reentrada –EASA lo calificó como una de las piezas más grandes en reentrar en los últimos años—, y su velocidad de más de 28.000 km/h, no era posible calcular con exactitud el momento y lugar de dicha reentrada.
Con todo, según descendía, era posible estimar posibles puntos de reentrada, y con ello, en los que algún resto no quemado por la fricción atmosférica pudiese llegar a tierra.
Diversos organismos de todo el mundo han seguido el descenso del cohete, como suelen hacer con otros muchos restos de cohetes o satélites fuera de servicio, que van a reentrar en la atmóefera.
A primera hora de hoy, la ventana de reentrada situaba esta sobre el Atlántico, y la posible caída de restos a lo largo de una franja que iba desde el Atlántico a Chipre, pasando, en dos órbitas sucesivas, sobre la mitad norte de España, sur de Francia, Córcega, Italia, sur de Grecia, Chipre, y , evidentemente, el Mediterráneo.
Al final la reentrada, a las 11:06 hora española, ha sido sobre el centro del Pacífico sur y ha caído en el océano Pacífico sin causar daños.
En previsión de una posible caída sobre territorio español, Enaire, gestor del espacio aéreo español, de acuerdo a recomendaciones de la Agencia de Seguridad Aérea Europea (EASA) y las órdenes de la célula interministerial liderada por el Departamento de Seguridad Nacional, organizada para este evento, ordenó cerrar parte del espacio aéreo español en una franja de 100 kilómetros a cada lado de la trayectoria prevista de este trozo de basura espacial.
Inicialmente prevista una duración de cuatro horas el período de cierre (rate cero en argot de control aéreo), finalmente el cierre ha sido solo de unos 40 minutos una vez el cohete ha pasado la zona de peligro para España.
Ningún tratado internacional regula lo que cada país haga con su basura espacial. Es decir, que esta sea puesta en una órbita que lo aleje de la Tierra, o bien se haga un descenso y reentrada contralado para que se queme y los posibles restos caigan en el mar o en zonas despobladas.
Con todo, en el año 2020 regresó un trozo del cohete Atlas Centauroque en 1966 sirvió para lanzar hacia la Luna la sonda Surveyor 2, concretamente la segunda etapa. Este había seguido una trayectoria que le alejaba de la Tierra tras soltar la sonda (que al final, por un fallo en los motores del cohete terminó estrellada contra la Luna en lugar de posarse), pero que le volvió a acercar. Tras dos órbitas a la Tierra, volvió a perderse en el espacio sin llegar a reentrar. Inicialmente fue catalogado como un asteroide, pero al analizar su trayectoria se vio que coincidía con la de dicho cohete.
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