El observatorio espacial Integral de la ESA, puesto en marcha en octubre de 2002, cumple 15 años en su labor de estudio del universo utilizando la radiación gamma.
El observatorio espacial Integral (INTErnational Gamma-Ray Astrophysics Laboratory) de la ESA cumple 15 años después de que el 17 de octubre de 2002 llegará al espacio con la misión de estudiar el universo utilizando la radiación gamma.
Este era el satélite más sensible a esa radiación lanzado hasta aquel momento, y entre sus objetivos se encontraba estudiar la creación de elementos químicos en el interior de las estrellas, que estas lanzan al espacio al convertirse en novas.
Durante estos años de actividad, Integral ha estudiardo explosiones de rayos gamma, agujeros negros y emisiones radiactivas de explosiones de supernova. En todas estas operaciones ha terminado superando todas las expectativas puestas en él antes de su lanzamiento, cuando se construyó utilizando como base la plataforma del observatorio XMM-Newton.
Peter Kretschmar, director del Centro de Operaciones Científicas de la misión, empezó a trabajar en ella ya antes de su puesta en órbita, en 1996, y recuerda a Integral “básicamente, como un observatorio de banda ancha y alta energía, abriría una nueva ventana en los que, hasta entonces, era un rango de energía poco explorado, funcionando como puente entre los telescopios clásicos de rayos X (como XMM-Newton) y los instrumentos de rayos gamma de alta energía, como la primera misión científica de la ESA, COS-B, o la actual misión de la NASA, Fermi”.
El primer descubrimiento de Intregral llegó al año de ponerse en órbita, concretamente en 2003 con el hallazgo de una binaria masiva en rayos X. También se le adjudican el descubrimiento de la primera emisión polarizada de rayos gamma desde la nebulosa del Cangrejo o nuevos datos sobre el remanente de supernova SN 1987a.
De sus misiones, Kretschmar destaca que «la larga vida operaciones de Integral le ha dado tiempo a estudiar algunos de nuestros sueños originales, como ver líneas radioactivas en supernovas, donde hay que esperar a que ocurra un evento especial”.
En este aspecto, Integral ha conseguido algo muy especial que nadie esperaba. El pasado mes de agosto el observatorio lograba detectar un evento generador de ondas gravitacionales coincidente con un estallido de rayos gamma. Para Matthias Ehle, director de la misión, es uno de sus grandes logros: “desde luego, no planeamos hacer seguimiento de ondas gravitacionales, por lo que mantener operativa una misión de observatorio permite que se den muchos resultados científicos inesperados”. Es un punto en el que Peter Kretchmar coincide, señalando que “para un observatorio, los resultados inesperados son a menudo su valor real, como encontrar una nueva clase de fuentes altamente absorbidas al principio de la misión o, ahora, las contrapartidas de ondas gravitacionales”.
De cara al futuro es precisamente en el estudio de las ondas gravitacionales es donde INTEGRAL puede seguir aportando todavía bastantes cosas, buscando los estallidos de rayos gamma que pueden estar asociados a eventos como fusiones de agujeros negros supermasivos.
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