Ofrecido por Aertec Solutions. La crisis originada por el COVID-19 ha dejado en agua de borrajas a la de 1929 y su famoso martes negro. Nadie podía esperar que la pandemia del COVID-19 nos encerrase a todos en casa, sobretodo a la vista de las anteriores alarmas sanitarias en las últimas décadas. Pero así ha sido.
Para recuperar la senda de crecimiento del sector, conviene hacer una foto exacta de dónde estábamos. Así, desde la declaración de la pandemia y los distintos estados de alarma, el 43 por ciento de los destinos de todo el mundo cerraron total o parcialmente sus fronteras, (90 países). El 27 por ciento de los destinos suspendieron total o parcialmente los vuelos internacionales, con independencia del país de origen (56 países); mientras que el el 9 por ciento de los destinos mundiales establecieron distintas restricciones para el acceso de viajeros, como cuarentenas, limitación de visados, etcétera.
1. El derrumbe
Con anteriores pandemias ya habíamos visto importantes caídas del tráfico aéreo, aunque solo mínimamente a nivel mundial, y sobretodo si las comparamos a las caídas que trajeron las crisis económicas posteriores.
Ahora, la pandemia del COVID-19 se ha convertido en una tormenta perfecta al obligar a unas medidas sanitarias impensables antes, que han supuesto el derrumbe económico mundial.
Ni siquiera la crisis de 2008, considerada hasta ahora como la peor, puede compararse con los efectos de la que tenemos ahora entre manos.
2. Cierre mundial
Hoy en día más del 90 por ciento del mundo se ha cerrado o ha impuesto fuertes restricciones a la entrada de viajeros desde otros lugares. Ya sean de otros países o incluso desde pueblos adyacentes.
Y aunque desde el mes de mayo empezaron a retomarse algunos vuelos, lo cierto es que la actividad aérea seguirá siendo mínima mucho tiempo. No olvidemos que los tiempos de esta pandemia varían de un territorio a otro. Unos declaran haber dejado atrás ya el primer brote (muchos epidemiólogos avisan que habrá un segundo); otros están en plena desescalada; y otros están todavía en la fase de crecimiento de los contagios.
Con esto el relanzamiento de la economía, y con ella del transporte aéreo está todavía por verse cómo se irá gestionando. Los políticos siguen tocando de oído, y no todos están, no ya en la misma página, si no en diferente canción.
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