Air Nostrum apuesta por crear una nueva red española de superficies donde los Airlander-10 puedan operar sin aeropuertos o aeródromos.
Air Nostrum se convirtió recientemente en uno de los primeros clientes del dirigible Airlander-10 al firmar una carta de intenciones supeditada a la certificación de esta nueva aeronave. El Airlander combina flotabilidad gracias a sus depósitos para helio, con sustentación aerodinámica por su forma, y unos motores, en el futuro eléctricos, que pivotan para crear empuje vectorizado.
El Airlander puede despegar y aterrizar verticalmente, lo que reduce en gran medida las servidumbres aeronáuticas que precisa para operar, y lo puede hacer en cualquier superficie más o menos plana. A diferencia de los antiguos dirigibles, no necesitará un mástil de amarre.
Por ello, Miguel Ángel Falcón, vicepresidente de Air Nostrum, en una visita al stand de Airlander en el salón de Farnborough, anunció que están estudiando dotar a diferentes ciudades españolas -que no cuentan con aeropuertos-, con superficies donde operar con estos. Algunas podrían incluso estar junto a puertos, lo que facilitaría la conexión con cruceros.
Con la entrada en servicio de los primeros ejemplares prevista para 2026, Air Nostrum usaría estos aparatos para unir ciudades próximas por vía aérea, dado que su velocidad de crucero es de 150 km/h.
Falcón no descartó que puedan usar los Airlander, con una capacidad para 100 pasajeros o 10 Tm de carga, para esta segunda misión, o incluso como aeronaves de vigilancia en la lucha contra los incendios forestales.
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