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Un “Pacto por la Industria” necesario

De izquierda a derecha, Ricardo Doehmer, CEO de Campofrío, Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, Jesús Izcúe, Director de AcerlorMittal España, Antonio Deusa, Vicesecretario General UGT FICA, Javier Díaz Gil, CEO de Alestis y Francisco J Riberas, Presidente de GESTAMP
De izquierda a derecha, Ricardo Doehmer, CEO de Campofrío, Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, Jesús Izcúe, Director de AcerlorMittal España, Antonio Deusa, Vicesecretario General UGT FICA, Javier Díaz Gil, CEO de Alestis y Francisco J Riberas, Presidente de GESTAMP
UGT organiza tres jornadas para analizar los retos industriales que tiene España, una de ellas en Burgos con la presencia de Mariano Rajoy, quién enumeró los logros económicos de su Gobierno, aunque sin recoger el guante que le lanzaron sindicatos e industriales presentes en la jornada.

Por Jaime Pérez Guerra. UGT organiza unas jornadas en Burgos de reflexión sobre la Industria en España, a la que acudió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y destacados industriales de este país, entre ellos Javier Díaz-Gil, CEO del tier-1 español Alestis.

De izquierda a derecha, Ricardo Doehmer, CEO de Campofrío, Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, Jesús Izcúe, Director de AcerlorMittal España, Antonio Deusa, Vicesecretario General UGT FICA, Javier Díaz Gil, CEO de Alestis y Francisco J Riberas, Presidente de GESTAMP
De izquierda a derecha, Ricardo Doehmer, CEO de Campofrío, Josu Jon Imaz, Consejero Delegado de Repsol, Jesús Izcúe, Director de AcerlorMittal España, Antonio Deusa, Vicesecretario General UGT FICA, Javier Díaz Gil, CEO de Alestis y Francisco J Riberas, Presidente de GESTAMP

Pepe Álvarez, Secretario General de la UGT, le proponía mirándole a la cara a Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno, un Pacto por la Industria. Lo hacía el pasado día 1 en Burgos, ante miembros del Gobierno, del Gobierno Regional de Castilla León, multitud de empresarios y lo más granado de los mandos del sindicato. Pero el Presidente del Gobierno no recogió el guante. Desgranó los logros de su Gobierno, los cientos de miles de empleos, etc, y al final con la socarronería que le caracteriza, recordó al sindicato que era la primera vez que se le invitaba a un acto de este tipo, y que esperaba que no fuese la última.

De esta forma concluían tres jornadas sobre “La industria en España: Reflexiones”, organizadas por la UGT en Valladolid y Burgos, en las que han expresado su parecer empresarios, representantes de las mayores compañías españolas, sindicalistas y políticos. UGT ha mostrado su mejor cara, escuchando y tratando de entender la postura y las razones del empresariado. Ha mostrado el máximo de los respetos, tanto a empresarios, como a políticos que no son de su cuerda… y esto me parece muy relevante. UGT ha demostrado que puede y debe ser parte de la solución y no del problema.

La industria aeronáutica estuvo bien representada por Javier Díaz-Gil, CEO de Alestis. Buen conocedor del sector y también del universo Airbus, quien explicó las especiales características de un sector que en nuestro país supone el 0,7% del PIB y el 6% del PIB industrial, con más de 42.000 empleos directos y  unos 105.000 totales. La facturación aproximada en 2015 alcanzó los 7.800 millones de euros, dedicó el 11% a I+D+i (828 millones de Euros) y exportó el 84% de la producción. Pero siendo relevantes estas cifras, que se han duplicado en empleo, y cuadruplicado en facturación en los últimos quince años, quizá es aún más remarcable que España se han mantenido como uno de los pocos países del mundo capaz de integrar todo lo necesario para echar a volar un avión, incluyendo su montaje final pruebas y certificación.

Díaz-Gil hizo valer ante los sindicatos el altísimo nivel de capacitación que tiene el empleo aeronáutico en España, donde el 40% son titulados superiores y un 47% son técnicos de alta cualificación, la baja temporalidad y precariedad, y la estabilidad del empleo al ser programa de muy larga duración en el tiempo. La historia de la industria aeroespacial en España en los últimos años supone un gran éxito. El sector ha crecido totalmente ajeno a la crisis que ha afectado y muy duramente a otros sectores, y ha seguido creando trabajo y riqueza.

Pero el CEO de Alestis también dio la voz de alarma en cuanto a que si queremos conservar lo conseguido y seguir creciendo, hay que seguir invirtiendo de forma decidida. La participación del Estado tiene que seguir siendo relevante, tanto en su condición de cliente, como de regulador o proveedor de fondos de I+D+i, o en algunos casos, incluso como accionista.

La industria Aeroespacial demanda un Plan Tecnológico Nacional, similar al que ya han puesto en marcha otros países de nuestro entorno. Dentro de este plan se debe definir una estrategia nacional con tecnologías y objetivos a conseguir en plazos de unos 10 años. Se deben consignar presupuestos específicos al sector y marcos presupuestarios de al menos 4 años para poder realizar programas de investigación,. Y se debería maximizar el soporte mediante subvenciones, dentro del marco Comunitario de ayudas a la I+D.

En España estamos ahora lejos de este tipo de marco aunque nuestra propia experiencia nos muestra que ha funcionado muy bien. Se va caminando hacia ello, aunque lentamente. En diciembre de 2015 se firma un protocolo con el anterior Ministerio de Economía, Industria y Competitividad para el desarrollo de la Guía Estratégica Aeronáutica, al que posteriormente se unieron UGT y CCOO. Actualmente se está tratando de desarrollar esta guía con los representantes ministeriales.

Finalmente Javier Díaz-Gil enumeró factores externos, como la entrada de nuevos competidores en el mercado civil, lo que es malo para Airbus, pero bueno para la industria española, que tendrá más oportunidades de colaboración, la entrada de nuevas tecnologías de ruptura y de nuevos países con capacidades industriales en aeronáutica, el posible cambio del modelo de integración de la cadena de suministro en una industria cada vez más digitalizada, y también factores generales, que en España pueden ser el altísimo coste de la energía, que os resta competitividad, los costes logísticos y aduaneros, el alto tipo impositivo, el marco laboral poco flexible para afrontar cambios de ciclo y un sistema educativo y formativo poco alineado con la realidad del mercado laboral.

La UGT pretende realizar un documento con las conclusiones de estas jornadas, que recoja las diversas sensibilidades de los participantes, con el objetivo de presentarlo a la sociedad de cara a ese “pacto por la industria” que ha propuesto el sindicato.

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