El pasado año batió todo los récords desde que hay registros en las temperaturas máximas alcanzadas, y es ya el año más cálido, con una anomalí de +1,18º C.
Según publica Statista, en un artículo de Erick Antonio Burgueno, «de acuerdo con datos de la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), 2023 fue el año más cálido del que se tengan registros. En dicho año se registró una anomalía en la temperatura superficial terrestre y marina global de +1,18°C, lo que significa que la temperatura media del planeta fue 1,18 grados más alta que la temperatura media del siglo XX. Cabe destacar que los diez años más calurosos desde 1850 todos han ocurrido en los pasados diez años, poniendo en evidencia los impactos directos del cambio climático en nuestro planeta.»
Siguiendo con la tesis del mismo autor, y de los expertos, estos récords están alterando el equilibrio en los patrones climáticos globales,con los consiguientes eventos climáticos significativos -huracanes más devastadores, incendios forestales más frecuentes y difíciles de controlar, o episodios de sequía prolongados.
Algunos de ellos se están desarrollando en España, como epicentro del cambio climático en Europa -sequía en Cataluña, incendios forestales explosivos que arrasan miles de hectáreas de alto valor ecológico- y así suma y sigue. Ante este panorama urgen medidas cuyo objetivo final sea parar lo que a todos luces se está convirtiendo en un auténtico desastre climático.
CÓMO TRABAJA EL SECTOR AÉREO PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO
La aviación, a pesar de ser uno de los sectores más vapuleados por sectores de opinión y gubernamentales especialmente en Europa, se ha tomado en serio todos estos indicadores y ha suscrito de manera voluntaria su propia hoja de ruta para conseguir las cero emisiones netas en el año 2050.
Algunos ejemplos recientes de la acción contra el cambio climático se han dado esta mima semana. La alianza All4Zero, ha lanzado su convocatoria para atraer a startups y PyMes a proyectos vinculados todos ellos con acciones de reducción de emisiones.
Se trata de tomar medidas urgentes para intentar parar este camino de autodestrucción del planeta. Con temperaturas extremas, sequías prolongadas, incendios descontrolados se amenazan las formas de vida de millones de habitantes del planeta, pero también tiene importantes consecuencias económicas. El debate sobre el cambio de hábitos en los desplazamientos por estas altas temperaturas que afectan a la Península Ibérica está ya sobre la mesa. En un país en el que el 12 por ciento del PIB proviene de la industria turística la cosa puede llegar a ser preocupante.
En el caso de los incendios forestales, en el año 2023 según los datos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, hasta septiembre de 2023, últimos datos disponibles, se produjeron en España un total de 87 incendios forestales que arrasaron 66.064 hectáreas, unos episodios que se han repartido por todo el territorio nacional y en los que no se han producido fallecidos o heridos de gravedad. Solo se han registrado 70 heridos, todos ellos de consideración leve.
Los Grandes Incendios Forestales (GIF) ya no se producen únicamente en verano, señalan desde el ministerio. ¿Y cómo puede contribuir el sector aéreo a evitarlos? El sector pide desde hace años que se prolonguen las campañas antiincendios contratadas con operadores aéreos, para controlar y evitar algunos de estos episodios en épocas no habituales, como puede ser el invierno.
En cuanto a la industria, los fabricantes y suministradores de componentes, todos ellos están inmersos en importantes planes de neutralidad de emisiones, tanto en sus propias instalaciones, como en los productos que sacan al mercado. Airbus, por ejemplo, con instalaciones productivas en España, se ha comprometido a volar el primer avión de hidrógeno en el año 2035. Un objetivo muy ambicioso pero por el que el fabricante europeo está apostando de manera decidida. Con ellos arrastra a toda la cadena de valor de esta industria.
Boeing, por su parte, ha apostado por otra línea, y está desarrollando prototipos de aviones, con diseños disruptivos. En colaboración con la NASA,y con el horizonte temporal de 2030-2035, los americanos desarrollan junto con la NASA el prototipo X-66A.
El demostrador de vuelo sostenible X-66A usará un fuselaje de MD-90 al que se sustituirán sus alas y motores por un nuevo conjunto. Las alas, más finas y con mayor longitud, estarán situadas en la parte superior del fuselaje, serán arriostradas, y los motores colgarán de las alas. Según las previsiones del fabricante , esta configuración alar debería permitir mejoras en el consumo de combustible y reducir las emisiones,al volar más alto y más rápido.
En cuánto a las aerolíneas, todas están apostando por la renovación de sus flotas de aviones, sustituyendo sus modelos tradicionales por otros que reducen considerablemente el consumo de combustible. Según los datos aceptados por la industria, cada nueva generación de aviones comerciales reduce sus emisiones un 25% respecto a los modelos que sustituyen.
En esta batalla por ser más sostenibles, las aerolíneas, junto con las empresas energéticas, están apostando por los Combustibles Sostenibles de Aviación, SAF, introduciendo programas que intentan aumentar de manera progresiva el porcentaje de este tipo de combustibles en los depósitos de los aviones.
Como decimos las iniciativas son muchas, pero la urgencia es máxima, por lo que desde la aviación, como desde otros sectores, pide una mayor colaboración pública, y una mayor agilidad en la toma de decisiones, como por ejemplo, el incentivar fiscalmente el uso de los combustibles SAF, como ya están haciendo en Estados Unidos o el Reino Unido. Líneas de financación en investigación y desarrrolo de nuevas tecnologías, a través de ministerios como el Ciencia o el de Industria, o una mayor inversión para prolongar los contratos de extinción de incendios… Son algunas de estas peticiones del sector privado que deben calar hondo en nuestros gobernantes, porque de facto, la industria está invirtiendo ingentes sumas de dinero para conseguir llegar al objetivo de cero emisiones netas en el año 2050.
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