Norwegian transporta en enero un 13% más de pasajeros que en el mismo periodo del año pasado, pero no es suficiente. La aerolínea se centra en cambiar el enfoque estratégico, del crecimiento a la rentabilidad.
El 2018 no terminó bien para Norwegian. Su informe anual reflejaba una situación económica delicada que obligó a la compañía a tomar decisiones drásticas al comienzo de 2019. Para afrontar las perdidas con las que terminó el pasado año, la aerolínea comunicó un drástico reajuste en sus rutas y capacidad sobre las operativas con Boeing 737-800 y 737 MAX 8. La peor parte de esta revisión se la llevó España, en donde la aerolínea cerrará tres de sus siete bases :Gran Canaria, Palma de Mallorca y Tenerife, y suspenderá una ruta, la que une Tenerife Sur con Roma. Estas suspensiones llegarán a partir de abril, por lo que todavía no afecta a sus cifras de pasajeros.
Cabe destacar que durante el mes de enero, «tradicionalmente caracterizado por una menor demanda» en palabras de Bjørn Kjos CEO de Norwegian, la aerolínea transportó un total de 2.638.958 pasajeros, un 13% más que en el mismo mes de 2018. También creció durante este mes un 27% la capacidad y la ocupación de los aviones fue del 76,1%.
El directivo ha declarado que aunque están «muy satisfechos» con los resultados, siguen con los planes de reajuste y se centran en cambiar el enfoque estratégico «del de la expansión y el crecimiento, al de la rentabilidad».
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