En línea con los grandes grupos aéreos, IAG ha anunciado una reducción del 75 por ciento en sus operaciones por el impacto del COVID-19.
Willie Walsh, consejero delegado de IAG ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa en la que ha confirmado que reducirán sus operaciones entre abril y mayo en un 75 por ciento en términos de asientos-kilómetros ofertados (AKO, una de las medidas usadas en la industria para medir el tamaño de una aerolínea), si bien tienen previsto mantener vuelos con Estados Unidos, así como el número máximo de rutas abiertas para seguir manteniendo la posibilidad de viajar a aquellos que necesitan hacerlo, además de poder transportar carga.
Walsh ha señalado también que ya están parando flota y que están acelerando los planes para retirar los Boeing 747 de British Airways y los A340 de Iberia. Sobre estos dos, los modelos más antiguos de las flotas de las aerolíneas de IAG, ha señalado que todavía están evaluando cuántos de ellos serán reactivados cuando acabe la crisis del coronavirus y se restablezcan los vuelos con normalidad. A este respecto recordó que tienen una cuarentena de aviones de largo radio pedidos para ser recibidos en los dos próximos años, “lo que nos da una gran flexibilidad”.
Preguntado sobre el almacenamiento de aviones, y el hecho que ADP, el gestor de los aeropuerto parisinos haya decidido suspender las tasas de aparcamiento para los aviones almacenados en ellos, Walsh ha señalado que por el momento usarán las zonas de mantenimiento propias en los aeropuertos donde no tienen que pagar esas tasas.
Walsh ha reconocido que dada la gran incertidumbre que impregna todo son incapaces de evaluar el impacto económico que el COVID-19 va a tener en las cuentas anuales del grupo. Ha recordado que están negociando con los sindicatos de todas las aerolíneas condiciones para reducir el número de empleados mientras dure la crisis (Iberia, recordemos, está negociando un ERTE que según los sindicatos podría afectar al 90 por ciento de la plantilla). La reducción vendrá en parte de vacaciones no remuneradas y reducciones de jornada. Y es que Walsh ha cifrado en un 23 por ciento de los costes totales los relativos a nóminas.
También que se está negociando con proveedores, sin dejar de apuntar que una parte muy importante de los gastos, no obstante, dependen de la operatividad: tasas aeroportuarias y de sobrevuelo, combustible, catering… Otras medidas de ahorro tomadas por Walsh y su equipo para el conjunto de las aerolíneas de IAG (Aer Lingus, British Airways, Iberia, Level y Vueling) están “reducir y diferir inversiones, recortar gastos no esenciales de TI así como costes que no estén relacionados con el programa de ciberseguridad, y congelar el reclutamiento y el gasto discrecional”.
El consejero delegado de IAG se ha mostrado optimista sin embargo dado que “El grupo tiene una posición sólida de liquidez con una caja, activos líquidos equivalentes y depósitos remunerados de 7.350 millones de euros al 12 de marzo de 2020. Además, las líneas de crédito generales y comprometidas garantizadas por aeronaves ascienden a 1.900 millones de euros, lo que resulta en una liquidez total de 9.300 millones de euros”.
Willie Walsh dijo: «Hemos visto una disminución sustancial en las reservas en nuestras aerolíneas y en la red global en las últimas semanas y esperamos que la demanda permanezca débil hasta bien entrado el verano. Por lo tanto, estamos llevando a cabo reducciones significativas en nuestros programas de vuelo. Continuaremos monitorizando los niveles de demanda y tenemos la flexibilidad para efectuar más recortes si es necesario».
Finalmente señalar que Willie Walsh ha aceptado retrasar su jubilación a petición del consejo de administración de IAG, que considera que este momento de crisis no es el mejor para hacer cambios en la cúpula de la empresa y sus aerolíneas. Luis Gallego seguirá al frente de Iberia y Javier Sánchez Prieto de Vueling.
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