Mientras mantiene el compromiso de ser cero emisiones netas de CO2 en 2050, Easyjet ha anunciado que para 2035 habrá reducido estas un 35 por ciento respecto a las de 2020.
Easyjet, una de las aerolíneas que en noviembre de 2021 se unió a Race to Zero de Naciones Unidas, ha anunciado que ahora se ha marcado un objetivo intermedio en la reducción de emisiones de CO2 antes de llegar al cero neto en 2050.
Este objetivo es reducir un 35 por ciento sus emisiones, respecto a las de 2020, para su año fiscal 2035. En 2020, Easyjet había reducido sus emisiones de carbono por pasajero y kilómetro recorrido en un tercio respecto a 2020.
Este nuevo plan de reducciones se envió, durante la fase de planificación, así como en varios borradores, a la iniciativa Objetivos Basados en la Ciencia para su validación. Esta iniciativa es, según explican desde Easyjet: “Una alianza entre la organización sin ánimo de lucro Carbon Disclosure Project, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales y el Fondo Mundial para la Naturaleza, que orienta a las empresas en su camino hacia la descarbonización, en línea con lo que establece el Acuerdo de París”.
Así, Easyjet señala que esperan alcanzar “este ambicioso objetivo mediante una combinación de medidas, que incluye la renovación de la flota, la eficiencia y mejoras operacionales, la modernización del espacio aéreo y el uso de combustible sostenible de aviación”.
Sobre la renovación de la flota, destacan el uso de aviones de la familia Airbus A320neo que la convierten en “una de las flotas de aviones de fuselaje estrecho más jóvenes y eficientes de Europa en cuanto a consumo de combustible, además de ser el segundo operador de aviones de la familia A320neo en el continente”. Todos los aviones que incorpore hasta 2028 serán de esta familia.
Respecto a las operaciones, recalcan que operan “de la forma más eficiente posible y siempre están en búsqueda de mejoras. Esto incluye ajustar los procedimientos operativos estándar para utilizar menos combustible y reducir las emisiones de carbono. Por ejemplo, la aerolínea utiliza el rodaje con un solo motor a la llegada y a la salida, se vale de información meteorológica avanzada para mejorar el rendimiento de la navegación o del lavado de los motores para eliminar los residuos, lo que mejora el rendimiento de los mismos”. También, continúan, emplean programas informáticos e inteligencia artificial “para identificar nuevas eficiencias operativas, además de colaborar con socios clave de la industria como Airbus, Collins Aerospace, NATS y Eurocontrol para seguir optimizando sus operaciones”.
Easyjet coincide con el resto de aerolíneas en la necesidad urgente de modernizar el espacio aéreo con el denominado Cielo Único Europeo, ya que sólo con este programa se reducirán un 10 por ciento las emisiones de CO2 de toda la industria del transporte aéreo en Europa. Igualmente apuesta por un uso continuado de SAF “de forma provisional” hasta que estén disponibles otros tipos de “combustibles” como el hidrógeno y la electricidad para aeronaves del tipo de la familia A320neo.
Mientras, trabajan con Airbus, Rolls-Royce y GKN Aerospace, entre otros, para acelerar el desarrollo de tecnologías cero emisiones como las citadas. Igualmente. Easyjet es socio de Wright Electric en el desarrollo de aviones eléctricos con una autonomía de vuelo de unos 500 km y hasta 100 pasajeros, que podrían entrar en servicio en 2026.
Otros proyectos de Easyjet para avanzar en la descarbonización y la sostenibilidad incluyen la retirada de los plásticos de un solo uso (más de 36.000 millones de elementos anuales); el reciclado de todos los residuos “en la medida de lo posible”; o los uniformes para sus tripulantes fabricados con botellas de plástico recicladas (45 por uniforme) “lo que puede evitar que 2,7 millones de botellas de plástico acaben en los vertederos o en los océanos en los próximos cinco años”. Finalmente, señalan que seleccionan a sus proveedores entre aquellos “que marquen la diferencia reduciendo su uso de plástico y sus emisiones de carbono. Además, la producción de alimentos se ha trasladado a nivel local más para que el producto viaje para llegar a su destino, reduciendo así su huella de carbono global”.
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