Tres meses después del acuerdo entre Airbus y el Gobierno español las negociaciones van avanzando para lanzar los diferentes programas así como la financiación acordada para la industria.
El sector civil de Airbus sigue muy mal, con descenso del número de pasajeros en los vuelos comerciales del 80 por ciento en los últimos meses, y una recuperación que en contra de lo esperado no termina de comenzar.
Ante ello, Airbus, desde el comienzo de la pandemia del COVID-19 apostó por el sector de la Defensa para compensar en la medida de lo posible la desaparición, de la noche a la mañana, del mercado civil.
Además, Airbus entró, como casi todas las empresas, en modo supervivencia, cancelando inversiones no urgentes, y comenzando una nueva reestructuración, que en este caso afecta, principalmente, a la división civil.
La pasada semana, en una carta a los empleados, Guillaume Faury, director general de Airbus anunciaba que las bajas voluntarias y jubilaciones no cubrían las bajas previstas, y que unos 15.000 empleados tendrán que ser despedidos. De ellos, 1.611 en España: 889 en la división comercial y 722 en la de Defensa. Eso sí, todavía se está negociando con los sindicatos, por lo que estas cifras podrían variar.
Desde Airbus además apostaron con el Gobierno español por acuerdos que permitiesen mantener el empleo en la medida de lo posible por ERTE de largo tiempo, que permita recuperar rápidamente a los trabajadores cuando volviese la demanda, sin tener que despedir y volver a contratar, con el coste que ello tiene, más si los contratados son nuevos empleados a los que hay que formar.
Pero no todo son malas noticias para Airbus y España.
En cuanto se vio la extensión real de la crisis por el COVID-19 se reactivaron con el Gobierno las conversaciones al máximo nivel, que ya habían comenzado tiempo antes, referentes a la compra de material para las fuerzas armadas.
Alemania y Francia rápidamente apostaron por apoyar a su industria aeroespacial y de defensa. En España este apoyo tardó más en llegar. Hasta que Faury en persona se reunió con Pedro Sánchez en La Moncloa (con la presencia de varios ministros y de los máximos directivos de Airbus en España).
Esta reunión se saldó con una importante “declaración” por el que el Gobierno español se comprometía al apoyo a Airbus, a toda su cadena de suministro en España, y a los clientes de Airbus. A estos últimos con ayudas que les permitiese renovar sus modelos más antiguos con la compra de otros de última generación, menos contaminantes.
Este apoyo tomaba forma en el acuerdo para la adquisición de diversas aeronaves para el Ejército del Aire español, Policía, Guardia Civil, FAMET e INTA.
También en la creación de un fondo, con la participación de Airbus, el Gobierno, y fondos privados, para el apoyo a las empresas de la cadena de suministro. Este fondo, según ha transcendido, tendrá como fin principal financiar ventas y fusiones entre empresas de esta cadena española. En los demás países Airbus se está llevando a cabo también la creación de este tipo de fondos.
Otro punto importante fue el acuerdo para que Airbus y el Gobierno español se comuniquen al mismo nivel que el fabricante lo hace con los de Alemania y Francia, los otros dos países accionistas de Airbus junto a España, cosa que no ocurría en España.
La declaración/acuerdo entre Airbus y el Gobierno español incluía también, como decimos, el apoyo a los clientes españoles de Airbus, principalmente las aerolíneas, para que puedan también mantener los aviones comprados y los pedidos.
Un ejemplo de esto es que, casi con total seguridad, los tres A330 que se convertirán a MRTT para el Ejército del Aire, serán aviones que se comprarán a Iberia. La negociación de esta compra está todavía en marcha.
Iberia tiene once A330-200, el modelo usado para el MRTT, que recibió desde la factoría de Airbus entre 2015 y 2018. El uso de aviones de segunda mano ayudará a reducir el precio para el Ejército del Aire frente a aviones de nueva manufactura.
Un aspecto importante de estos aviones será que cuenten con equipos para evacuaciones médicas, algo que como se ha visto con el COVID-19 es ya algo fundamental en las capacidades de transporte de una fuerza aérea en cualquier punto del planeta.
Con todo, los fondos apalabrados están todavía en una fase muy preliminar, tanto en España como en Francia, Reino Unido y Alemania, donde se ha llegado a acuerdos similares con los gobiernos. En España, al menos, se considera que, con todo, será complicado lograr un acuerdo adecuado.
Por el momento, según ha podido saber Fly News en exclusiva, hay un comité de expertos, entre los que se encuentran Didier Evrard, Tom Williams, Volker Thum, y el español Rafael González-Ripoll. Estos están manteniendo reuniones con las diferentes empresas con el fin de realizar un informe en el que se recojan las necesidades de la cadena de suministro.
Todos ellos han desempeñado importantes cargos en Airbus. Evrard por ejemplo fue jefe de Programas; Williams director de Operaciones de Airbus; Thum director de Compras de Aeroestructuras y González-Ripoll presidente de Airbus Operations, director de operaciones de Airbus China y presidente del consejo de administración de Alestis.
También como parte de ello, hoy se ha celebrado una reunión entre Airbus y TEDAE, como asociación de industrias del sector, y la presencia de representantes de los sindicatos CC.OO. y UGT para una actualización de la situación. En la reunión se ha querido buscar también formas de trabajar conjuntamente, algo que se considera indispensable para lograr salir fuertes de la crisis cuando acabe.
TEDAE además se va a dirigir al Gobierno en una carta en la que mostrará todo el apoyo de la industria española a Airbus y el mantener en España las capacidades de diseñar, construir y entregar aviones completos, en lo que el programa del entrenador avanzado sería clave.
No debemos olvidar también que los acuerdos sobre la cadena de montaje final del A400M en Sevilla caducan en 2030. Y si hay ventas que lleven la producción más allá de ese año, todavía no está garantizado que se mantenga en Sevilla la producción.
La financiación de los programas acordados, así como la presencia española en el eurofondo que se está creando para el apoyo de la industria aeroespacial y de defensa, entre otros puntos, podrán ser elementos clave para garantizar la continuidad de la industria española en los programas futuros.
Regresando a la compra de aeronaves por parte del ministerio de Defensa, desde la DGAM ya se están enviando las “peticiones de información” que es uno de los primeros pasos del proceso de compra. También han comenzado algunas negociaciones sobre los equipos que se incorporarán en los diferentes aviones y helicópteros en función del presupuesto disponible, si bien todavía falta que el Gobierno español apruebe los fondos para las compras, para lo que es preciso se aprueben los nuevos presupuestos generales del estado.
Tras la reunión en Moncloa, desde Airbus no esperaban que los primeros contratos se firmasen antes de un año.
Y finalizamos este repaso con el programa a más largo plazo de los acordados entre Airbus y el Gobierno: el del futuro entrenador que hemos citado, en el que además de España se espera participen otros países europeos.
En estos momentos está todavía en fase de concepto, si bien en Airbus ya tienen una configuración básica con la que estiman podrán responder a las necesidades de entrenamiento avanzado de los nuevos pilotos, tanto en la final en la AGA, sustituyendo a los C-101, como en la de piloto de combate para aquellos que vayan destinados a los Eurofighter y FCAS en el futuro, sustituyendo a los F-5.
Airbus ya ha presentado al Ministerio de Defensa una propuesta industrial que incluye a toda la cadena de suministro española.
A modo de post data, la entrega de los primeros Pilatus PC-21 que ya se debía haber producido, se ha retrasado hasta el año que viene por la paralización de trabajos en Pilatus, si bien el primero de ellos, el E.27-01/10239/792-01 está a punto de entrar en la fase de montaje final y se espera realice su primer vuelo en el mes de diciembre.
Con todo, los PC-21 no estarán disponibles para su uso por los alumnos hasta el curso 2022/2023.
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