HEGAN apuesta por la neutralidad en emisiones de CO2 dentro de su plan para afrontar los desafíos de la Industria para los próximos años.
La Asociación Cluster de Aeronáutica y Espacio – HEGAN ha aprobado su nuevo plan de I+D+i para el período 2021-2024 en el que sostenibilidad, digitalización y competitividad serán los fundamentos clave.
Según han recordado desde HEGAN al presentar dicho plan de inversiones, el sector aeroespacial es uno de los que mayor porcentaje de su facturación reinvierte cada año en I+D+i, “que tiene un efecto positivo directo en la productividad y en la competitividad territorial; y que, además, produce un efecto tractor en otras industrias y sectores”. Ello es resultado de que se trabaja en programas de ciclo de vida de entre 30 y 40 años y “periodos dilatados de desarrollo intensivos en capital que producen retornos a muy largo plazo y la necesidad continua de recurrir a la I+D+i para mantener la posición en el mercado. El cual requiere una gran fiabilidad en el diseño y la fabricación; que está sometido a numerosas exigencias de calidad, seguridad y certificación y, además, emplea tecnología de vanguardia”.
También han señalado que se trata de un sector “estratégico y clave para la economía de un país ya que es creador y generador de empleo directo de alta cualificación, además de tener unas tasas de creación de empleo indirecto e inducido que en el más prudente de los estudios multiplica por cuatro al empleo directo; en tanto en cuanto intensivo en tecnología, es vector de transferencia científica y técnica a otros sectores e industrias; y como desarrollador de productos y servicios de alto valor añadido”. Y recuerdan los datos de la asociación TEDAE de que “La tasa de retorno social generada por programas aeronáuticos de I+D+i es del 70 por ciento anual, lo que significa que por cada 100 € invertidos en I+D+i aeronáutica, en 10 años, se incrementa el PIB en 700 euros”.
Así, aunque el sector de los aviones comerciales seguirá varios años por debajo de las cifras pre pandemia, desde HEGAN ven nuevas oportunidades en el sector espacial, que “seguirá su incremento progresivo tanto en misiones planificadas como en iniciativas privadas. En 2021, España contribuyó con 223,6 millones de euros a la ESA, lo que representa el 4,9 por ciento del total, asegurando la participación de nuestra industria en ese porcentaje en las misiones y programas de la agencia. Por otro lado, hay un crecimiento palpable del Nuevo Espacio (España es el sexto país del mundo en inversiones), por lo que las previsiones en el crecimiento de este subsector son halagüeñas”.
También en el de los drones y la movilidad aérea urbana (los aviones personales y taxis aéreos) “que prometen seguir siendo tendencia debido a las múltiples aplicaciones que la sociedad va demandando como aerotaxis, paquetería, vigilancia, mantenimiento, seguridad o simplemente como medio de transporte individual”.
Otros sectores como el de los pseudo satélites a gran altitud (HAPS por sus siglas en inglés) como el Airbus Zephyr, el Thales Stratobus o los globos Loon de Google; y la aviación general y de negocios también ofrecen buenas perspectivas para cumplir con los retos medioambientales y la implementación de tecnologías más limpias
Tras estudiar estas y otras cuestiones, como un análisis de las capacidades y necesidades de las empresas socias y de las últimas tecnologías, la dirección de HEGAN trabajó en este plan destinado a apoyar la recuperación del sector en sus 4 años de vigencia.
De esta manera “con unos objetivos globales que tienen el foco en la aviación neutra y la fabricación neutra; y unos objetivos cluster que pretenden mantener y desarrollar la competitividad, mejorar la oferta y acceder a nuevos programas”; desde HEGAN “se ha decidido centrar los esfuerzos de I+D+i en programas de: diseño avanzado, ecodiseño, materiales compuestos y metálicos avanzados, reciclabilidad, optimización integral de la energía no propulsiva, arquitecturas completamente eléctricas e híbridas, arquitecturas de aeronaves ultraeficientes, arquitecturas de aeronaves con nuevos combustibles (H2, NH3, SAF…), vehículos conectados, inteligentes, no tripulados y autónomos, propulsión eficiente, nuevos sistemas propulsivos (H2, NH3, SAF, eléctricos,…) o movilidad aérea urbana”.
Todos ellos acompañados de mejoras en procesos, gestión, fabricación avanzada, fabricación aditiva y producción sostenible, junto a “las tecnologías habilitadoras contempladas (inteligencia artificial, gemelos digitales, simulación avanzada, big data, sensorización y conectividad, robotización o ciberseguridad)”.
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