Iberia, iberia Express, Vueling, Cepsa y Biocird han presentado un nuevo informe de PWC para definir el camino que debe llevar a España a liderar la producción del SAF en Europa.
En un acto que ha contado con la participación de Marco Sansavini, presidente y consejero delegado de Iberia; Carolina Martinoli, presidenta y consejera delegada de Vueling; Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa y de Margarita de Gregorio, consejera delegada de Biocirc, y que ha cerrado la secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez Grau, se ha presentado en Madrid el camino que se espera lleve a España a liderar en Europa la producción del SAF.
El nuevo informe se basa en el ya elaborado por PWC en junio de 2023 con una serie de actualizaciones.
En dicho informe, y en las intervenciones de los anteriormente citados directivos, se ha destacado, una vez más, la necesidad de ayudas a la producción y compra del SAF, de que haya una colaboración público-privada. También se han propuesto 16 medidas económicas, regulatorias y de colaboración público-privada para ello.
Algunos puntos del informe que destacan los beneficios del uso de SAF son que con el uso de SAF (en todo el ciclo de vida de estos combustibles) se lograría una reducción de emisiones de CO2 del 80 por ciento. Que España demandará 5,9 millones de toneladas de SAF hasta el año 2050. La necesidad de 32 plantas de producción de SAF para 2050, que combinen los diferentes procesos de obtención del SAF según la materia prima que se use. 22.362 millones de euros, los que habrá que invertir en España hasta 2050 para construir esas plantas.
Esas 32 plantas se dividirían en 3 plantas de biocombustible HEFA (grasas y cultivos intermedios), 5 plantas de combustible sintético y, al menos, 24 plantas de biocombustibles SAF AtJ (Alcohol a reactor a partir de restos forestales y agrícolas y cultivos intermedios) y FT (proceso Fischer Tropsch, que, además de los productos usados en el AtJ, añade restos municipales).
Un dato a tener en cuenta sobre el uso de aceites y grasas usados, aunque en España la empresa Repsol tiene un programa para recoger aceites domésticos en sus gasolineras para usarlos en la producción de SAF, el principal origen de los aceites usados dstinados a SAF es Indonesia.
LAS MEDIDAS PROPUESTAS
- De carácter regulatorio:
- Agilización de los permisos y autorizaciones administrativas.
- Desarrollo de las infraestructuras para el transporte y el mercado del SAF.
- Establecer un mecanismo europeo para facilitar la trazabilidad del SAF.
- Establecer objetivos y medidas en la normativa de residuos para facilitar la utilización de residuos municipales para producir SAF.
- Mecanismo de incentivos para la recogida de aceites de cocina usados.
- Desarrollo de una base de datos nacional para el entendimiento del mercado de la materia prima apta para SAF.
- De carácter económico:
- Impulso del desarrollo de la industria SAF a partir de los ingresos procedentes de subastas de los derechos de emisión.
- Incentivo fiscal vía deducción en el impuesto de sociedades por la inversión en tecnologías de descarbonización.
- Incentivo fiscal vía créditos fiscales a la producción de SAF.
- Acceso a derechos de emisión gratuitos por parte de las compañías aéreas.
- Programa de ayudas destinadas a la gestión de biomasa forestal y agraria para la producción de SAF.
- Y de carácter transversal:
- Un plan de acción nacional de SAF.
- Alianzas público-privadas.
- Despliegue de infraestructuras básicas de producción de SAF a ivel europeo.
- Reforzar las alianzas internacionales.
Se estima en unos 73,8 millones de toneladas de materia prima disponibles cada año en España que podría usarse. En esta cifra se considera el 100 por ciento de los denominados cultivos intermedios. Estos son las plantaciones que se hacen cada pocos años en lugar de cultivos de alto rendimiento para regenerar los suelos de cultivo.
Operar estas 32 plantas tendrá un coste de 50.129 millones de euros hasta 2050. La creación y mantenimiento de hasta 270.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos, cifra basada en el estimado actual de construcción y operación de plantas de producción de SAF en España. Y 56.000 millones de euros de impacto en el PIB español hasta 2050.
Según las estimaciones de OACI, ReFuelEU Aviation y el análisis de PWC, el coste de mezclar 100 toneladas de keroseno con SAF sería de 1.452 euros usando un 2 por ciento de biocombustible en 2025; de 3.261 euros en 2030 usando un 1,2 por ciento de SAF sintético y un 4,8 por ciento de biocombustible; y de 5.858 euros en 2040 con un 10 por ciento de SAF sintético y un 24 por ciento de biocombustible. Estos porcentajes se basan en lo aprobado por la Unión Europea en su norma ReFuelEU.
Aunque Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa llegó a afirmar en una de sus intervenciones tras la presentación que el futuro del SAF está en los combustibles sintéticos, en el informe se señala que, a partir de 2030 la “capacidad productiva anunciada está muy lejos de satisfacer la demanda más allá de 2030, tanto de biocombustibles como de combustibles sintéticos SAF”. Actualmente la capacidad anunciada en construcción y operación es de 371,5 millones de toneladas de SAF. Esta cifra representa el 50 por ciento de la capacidad de producción de las plantas, ya que el otro 50 por ciento se destinará a producir otros tipos de biocombustibles.
Aunque ya hay en funcionamiento varias plantas de producción de biocombustibles en España, no se espera que hasta 2030 comience la de combustibles sintéticos.
Para estos, se parte de hidrógeno, por lo que es indispensable tener plantas de producción de este elemento. En estos momentos se estima que para 2030 el potencial de producción de hidrógeno renovable en España es de 1.300 millones de toneladas.
Con todo, esta apuesta para conseguir que España lidere la producción de SAF en Europa se choca con la realidad de que otros países llevan años apoyando esta industria, y mientras que muchas aerolíneas usan ya regularmente SAF en sus vuelos comerciales, en España apenas se han hecho unos pocos vuelos.
La apuesta de IAG por comprar SAF y acelerar su proceso de descarbonización se enfrenta en España a la incapacidad de adquirirlo. Wetselaar, cuando le preguntamos si no íbamos tarde, contestó que el SAF es como un maratón, y solo hemos recorrido 500 metros, pero sí, estamos muy atrás. De forma similar opinó Martinoli.
También aprovechamos a preguntar por las propuestas de las aerolíneas a sus pasajeros para que estos paguen un suplemento en sus billetes para compensar las emisiones de CO2. Bien comprando SAF, bien contribuyendo a programas internacionales de plantación de árboles o similares. Martinoli, que fue la que nos contestó, tras una brece consulta visual con Sansavini, reconoció que es un mínimo los pasajeros que hacen esos pagos, pero que estos programas ayudan a visualizar los trabajos de descarbonización y de que la industria del transporte aéreo sea más verde.
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