Vueling expedientada

Tras el caos de varios días, repetición del de 2015, AESA y la Generalitat catalana han decidido abrir un expediente sancionador a Vueling.

Durante el verano del pasado año 2015 hubo momentos en los que en el aeropuerto de Barcelona El Prat se acumularon más de 2.500 maletas que Vueling no había sido capaz de cargar en los aviones que partían del mismo.

Vueling “culpó” a esa situación vivida los primeros días de agosto principalmente, al incendio en la terminal de Roma Fiumicino y al mal tiempo en Baleares que trastocó toda su programación de vuelos y, para ir recuperando los retrasos, se ordenó acortar las escalas, aunque ello supusiese dejar las maletas en tierra.

En Italia ENAC, el equivalente local a Aena, propuso una sanción a Vueling por su retraso en restablecer los vuelos normales en Roma tras el incendio y por la falta de atención al pasaje.

En los últimos años, Vueling, en la temporada de verano, ha venido alquilando aviones para cubrir su programación de vuelo, tanto por falta de aviones como de pilotos. Algunos de esos aviones se alquilaban para toda la temporada, luciendo varios de ellos alquilados a la aerolínea lituana Avion Express por ejemplo,  títulos de Vueling en su fuselaje. Otros eran alquilados para operaciones puntuales, recurriéndose a aviones tipo B-767 y B-777 inclusive ante la falta en el mercado de otros aviones más pequeños y adecuados a las rutas.

Este problema se ha vuelto a plantear este verano después de una «fuga» de copilotos (principalmente) a otras aerolíneas y la tardía contratación de sus sustitutos que no han estado en condiciones de volar sin supervisión antes de la temporada. Esta operación supone que un tercer tripulante debe estar en la cabina de mandos, y por tanto no puede estar tripulando otra aeronave. Los representantes sindicales de los pilotos de Vueling han señalado sobre los problemas que en gran medida se deben a la falta de previsión por parte de la anterior directiva de la aerolínea, encabezada por Alex Cruz, que ahora es consejero delegado de British Airways desde el pasado mes de abril.

El inicio de las vacaciones de julio de 2016 supuso el cáos en la principal base de la aerolínea, Barcelona, aunque la autoridad italiana emitió también una advertencia sobre los retrasos recordando a Vueling el reglamento europeo sobre atención a los pasajeros en casos de retrasos y cancelaciones de vuelos.

El domingo 3 de julio Vueling se vio obligada a emitir una nota de prensa donde, además de disculparse por los problemas, señalaban: “A lo largo del día de hoy la situación está mejorando y se está produciendo un menor número de retrasos. Por el momento la compañía tiene previsto cancelar 14 de los casi 700 vuelos que se operarán hoy”; y que “En una difícil situación como es la actual todos los trabajadores de Vueling estamos trabajando al máximo nivel para solventarlo con la mayor brevedad posible, reforzando los turnos de trabajo y contratando servicios extra durante el fin de semana, especialmente en el área de Atención al Cliente. Todo ello con el fin de ofrecer a nuestros pasajeros el servicio y la calidad que merecen”.

Con todo como ejemplo de la operatividad el lunes 4 de julio, la web de Aena mostraba los siguientes retrasos en los vuelos de Vueling con partida esta mañana desde Barcelona entre las 6 y las 9 de la mañana:

Fuente: Web de Aena.

En vuelos programados más tarde de este intervalo hay algunos que ya están previstos con hasta dos horas de retraso.

Un aspecto que hay que señalar es que Aena señala como hora de partida la llamada hora de calzos, cuando el avión abandona su posición de estacionamiento, y que es la hora programada que aparece en billetes y pantallas de información, no la hora real de despegue. Es también sobre esta hora de calzos sobre la que se calculan los retrasos de los aviones. Igualmente, cuando un avión aterriza, la hora de llegada que figura es la de calzos, cuando se llega a la posición de estacionamiento, y no, como muchas aerolíneas publicitan a bordo nada más abandonar la pista de aterrizaje, la hora en que se ha aterrizado, por lo que muchos “hemos llegado antes de la hora programada”, con el rodaje en tierra se pueden convertir incluso en “hemos llegado unos minutos tarde”.

No obstante, también debemos recordar que para que un vuelo se considere retrasado, la salida o llegada deben ser con más de 15 minutos de retraso sobre dichas horas programadas.

Flightstats, la misma empresa que ha otorgado a Iberia e Iberia Express premios por su puntualidad, coloca a Vueling, durante el pasado mes de mayo, en el puesto número 36 entre las aerolíneas bajo coste por su puntualidad. De 17.194 vuelos programados, el 36,71 por ciento de ellos operaron con más de 15 minutos de retraso, con un retraso medio de 48,4 minutos. En abril, fue la número 29 con el 31,6 por ciento de sus vuelos retrasados, con una media de 45 minutos. Y en marzo fue la número 31 con un 35,22 por ciento y 56,1 minutos de retraso medio.

EXPEDIENTE

Julio Gómez-Pomar, secretario de Estado de Infraestructuras fue el encargado de anunciar el expediente a la aerolínea del grupo IAG: «Desde que han comenzado los retrasos, AESA está velando por que la compañía cumpla con los derechos que asisten a los pasajeros y la situación se regularice con la máxima celeridad posible. Ni Vueling ni ninguna otra compañía puede perjudicar a miles de viajeros so pretexto de una mala planificación”.

Hoy 4 de julio AESA y la Dirección general de Aviación Civil (DGAC) han convocado, por separado, al presidente de Vueling «para escuchar sus explicaciones y sus planes para regularizar la situación”.

Esta convocatoria siguió a la de la Generalitat que también citó a Vueling a una reunión el lunes 4 (a las 5 de la tarde) para pedir “un cambio de actitud tanto en cuanto a la solución de los problemas que están afectando su operativa como las deficiencias graves que se están dado en la atención a los usuarios afectados”.

Desde la Generalitat han señalado: “durante estos días se ha pedido información a las autoridades del aeropuerto y en AENA para conocer cuál era la situación de los usuarios y cómo estaba afectando la operatividad de las instalaciones. Teniendo en cuenta los problemas que se están produciendo, la Agencia Catalana de Consumo (ACC) ha cursado dos requerimientos en Vueling y uno en AENA. Asimismo, la Generalitat está estudiando de qué manera puede sancionar la aerolínea en relación a la situación creada hasta el momento”.

Los problemas de Vueling no son algo nuevo de estas vacaciones, o de este año. En 2004 y 2007 la DGAC ya sancionó a Vueling por sus continuados retrasos.