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Airbus: cambiar pilotos por gestores

Airbus ha comenzado a ensayar las posibilidades del vuelo autónomo en aviones comerciales y eliminar a los pilotos de estos con seguridad.

En los años venideros, el vuelo autónomo  podría ayudar a la industria de la aviación a mitigar la escasez de pilotos y satisfacer de manera segura la creciente demanda de viajes aéreos comerciales”. Esta es quizás la principal razón que explica los trabajos que está realizando Airbus para pasar de aviones automatizados a autónomos.

Según explican desde el fabricante europeo, los avances experimentados en visión avanzada por ordenador, el aprendizaje automatizado de estos, sensores, cámaras y tecnología de mapas son algunos de los ejemplos de tecnologías que “están permitiendo rápidamente avances importantes en el desarrollo de tecnologías autónomas en aeronaves”, al tiempo que recuerdan que hace solo 10 años la sola idea de vehículos autónomos en las carreteras era algo que parecía una realidad muy distante.

Así, dado que todos los estudios y previsiones señalan que el tráfico aéreo mundial se duplicará hacia 2037, lo que supondrá la flota de aviones comerciales en servicio deberá crecer en más de 25.000 aviones (harán falta 37.000 si contamos los nuevos aviones que reemplazarán a gran parte de los que hoy están en servicio); y que harán falta más de medio millón de nuevos pilotos para tripularlos.

 Airbus cree que “se necesitarán otras soluciones para apoyar a los pilotos en las operaciones de la aeronave”.

Esta afirmación se basa también en el hecho de que las escuelas no tienen capacidad para formar ese número de pilotos en el tiempo requerido.

Dado que, según explica desde Airbus Arne Stoschek ejecutivo del proyecto Wayfinder que está desarrollando Acubeb en Silicon Valley, la tecnología ha permitido reducir el número de pilotos en la cabina de tres a dos, y que el piloto automático se usa de forma rutinaria en muchas fases del vuelo, “además de abordar la escasez de pilotos, las tecnologías autónomas también tienen el potencial de mejorar la gestión del tráfico aéreo, mejorar el rendimiento de la sostenibilidad y mejorar aún más la seguridad de las aeronaves, al tiempo que garantiza que se mantengan los niveles de seguridad sin precedentes de la actualidad”.

Acubed es una filial de Airbus establecida, como hemos señalado en el famoso Silicon Valley de Estados Unidos, que funciona como un centro de innovación para desarrollar el vuelo del futuro. Wayfinder es uno de sus programas para la “creación de soluciones escalables y certificadas de vuelo autónomo y aprendizaje automático para permitir la operación de aeronaves autopropulsadas, desde pequeños vehículos urbanos hasta aviones comerciales”.

Recientemente Airbus ha llevado a cabo las primeras pruebas del proyecto de demostración ATTOL, siglas en inglés de rodaje, despegue y aterrizaje autónomo. Este proyecto además se nutre de UpNext, otro proyecto destinado a desarrollar y probar algoritmos de visión para ordenadores que permitan a los aviones Airbus rodar, despegar y aterrizar sin la ayuda de sistemas en el aeropuerto o satélites.

En estas pruebas, un A350 instrumentado para ello, realizó el primer despegue completamente automático usando sistemas de visión externa, cuyas imágenes son analizadas por los ordenadores para el guiado en tierra del avión.

En este caso, el guiado automático se ha producido sólo una vez alineado el avión en la pista, si bien desde Airbus ya anuncian para este 2020 pruebas de rodaje y aterrizaje usando esta tecnología.

Muchas aeronaves ya pueden aterrizar automáticamente, pero dependen de infraestructuras externas como el sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS) o señales GPS. ATTOL tiene como objetivo hacer esto posible utilizando únicamente la tecnología de a bordo para maximizar la eficiencia y reducir el costo de la infraestructura”. Sébastien Giuliano, director del proyecto ATTOL

El software desarrollado por el proyecto Wayfinder permite a la aeronave detectar y reconocer el terreno que la rodea, y calcular cual es la mejor forma de moverse en el mismo. Para ello se hace uso de la información recopilada por sensores como cámaras, radar, LiDAR, y que es analizada por los ordenadores de  a bordo.

Arne Stoschek, explica a este respecto que el mayor reto  para las capacidades de autopilotaje es cómo reacciona el sistemas ante los imprevistos.

«El vuelo autónomo no es una propuesta de todo o nada. Es una combinación de humanos y máquinas que evolucionará con el tiempo. Los sistemas se centrarán en la gestión de la aeronave, mientras que el piloto será el centro de la operación, para tomar las decisiones con toda la información necesaria que se le presentará y el tiempo suficiente para  analizarla”.

Para Airbus sin embargo, más que lograr el desarrollo de estas tecnologías hasta el punto que sean certificadas y usadas en aviones comerciales, el gran reto es convencer al público de que es seguro volar en aeronaves sin pilotos. A esto Stoschek, recuerda aspectos como que los ascensores tenían operadores, pero “ese concepto nos parece extraño hoy en día”. Y afirma con respecto a los aviones: “con nuestro historial de seguridad, Airbus está en una posición ideal para impulsar este cambio”.