La jornada “El futuro de la aviación sostenible” organizada por Aertec dejó claro que es necesaria la colaboración entre toda la industria para lograr avances tecnológicos significativos.
Aertec ha organizado la jornada “El futuro de la aviación sostenible” en la que se trataron las implicaciones que la transformación tecnológica, energética y regulatoria tiene para la aviación del futuro, así como en su papel estratégico en la movilidad sostenible y la conectividad global
La jornada consistió en una mesa de debate en la que participaron Susana Carballo, directora de Ingeniería de Airbus en España; Vicente Pérez Mena, responsable de Aviación Comercial de Moeve; María del Pilar Argumosa, del departamento de propulsión del INTA; y Pedro Becerra, director general de Sistemas Aeronáuticos de Aertec; con la moderación a cargo de Carlos Berenguer, director general de Aviación de Aertec.
La jornada la cerró Antonio Gómez-Guillamón, consejero delegado y fundador de Aertec, que reclamó una vez más nuevos, y prolongados en el tiempo planes de financiación como lo fueron los exitosos PTA y PERTE Aeroespacial.
Durante la jornada se pudieron oir algunas afirmaciones tradicionales cuando se habla del futuro de la aviación sostenible, como que España puede perder una gran oportunidad en liderar en Europa la producción de SAF; que la aviación tiene marcado un camino sin vuelta atrás hacia las cero emisiones netas en 2050; o el problema de altísimo coste del SAF frente al queroseno.
Pero también se escucharon declaraciones como que desde que Trump asumió la presidencia de Estados Unidos se han cerrado, desde ese país, casi todos los canales de comunicación y colaboración entre organismos de ambos lados del Atlántico cuando hablamos de temas como el SAF o el hidrógeno verde. Y no por gusto de los investigadores estadounidenses.
También se recordó la necesidad de plantear un camino claro para trabajar en las nuevas tecnologías que son necesarias para avanzar en otras que ayudarán a la descarbonización, no solo de la aviación comercial, sino del transporte en general, como es por ejemplo el hidrógeno. Para ello primero hay que desarrollar los materiales que se usarán para su almacenaje y las tuberías para su gestión con una total seguridad.
María del Pilar Argumosa del INTA no dudaba en afirmar que lo que hace falta es tiempo y dinero, ya que la ingeniería puede resolver todos los problemas.
Pedro Becerra de Aertec, igualmente recordaba que en las nuevas tecnologías, en función de cuales se elijan, también serán precisos unos materiales u otros, poniendo como ejemplo los sistemas eléctricos de alto voltaje que requieren los nuevos aviones, donde la electricidad va sustituyendo a sistemas pneumáticos e hidráulicos.
También Susana Carballo de Airbus señaló que Airbus necesita a todo su ecosistema para avanzar en todos los campos donde se trabaja para lograr aviones aún más ecoeficientes: “Nosotros no podemos hacerlo todo solos”, afirmó. También que «juntos somos más grandes«.
En esta línea, Argumosa igualmente confirmó esa necesidad de colaboración, eso sí, que había que alinear objetivos, y que era preciso tener muy claros los fines, y que el problema muchas veces es “saber cómo hacerlo”.
Vicente Pérez de Moeve explicó el desarrollo de los diferentes tipos de SAF, con distintas tecnologías para obtenerlos a partir de distintos materiales; pero no dudó mucho en que en el futuro el SAF que se impondrá es el obtenido a partir de hidrógeno verde y captura de CO2 del aire.
El control del tráfico aéreo fue otro de los puntos que una vez más se citó como uno de los máximos retos para lograr la descarbonización. Especialmente en Europa, donde se hacen avances, pero no todo lo rápido que se podía esperar. Y esto es así en gran medida por las soberanías de los espacios aéreos, lo que lleva a muchos más centros de control de los necesarios, y también a un cierto freno desde la industria.






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