Iberia ha realizado, junto a Repsol, el primer vuelo con biocombustible producido en España a partir de residuos.
Diez años, y un mes más tarde, Iberia ha realizado su segundo vuelo usando biocombustible mezclado con keroseno convencional.
Hace diez años, Iberia unió Madrid y Barcelona con un A319 que portaba una mezcla de biocombustible procedente de la planta camelina, con la colaboración de Honeywell UOP, que se encargó del crecimiento y recolección de las plantas en Estados Unidos, y de su procesamiento en biocombustible en México, de Repsol, que se ocupó de comprobar y certificar el combustible, y de Airbus que actuó como asesor.
En esta ocasión se ha tratado de una rotación entre Madrid y Bilbao usando en este caso uno de los Airbus A320neo de la aerolínea, y biocombustible, o como se dice ahora, combustible de aviación sostenible, obtenido durante el mes de agosto, por Repsol a partir de residuos en la refinería de Petronor (Vizcaya)
Curiosamente, hace diez años, cuando preguntamos desde Fly News a Manuel López Colmenarejo, director de Asuntos Corporativos de Iberia en aquel momento, por la compra de Airbus A320neo dentro de la política de Iberia de reducción de emisiones, nos contestó que “no se contempla por ahora la adquisición del Airbus A320neo”.
Según Iberia, el vuelo, IBE462, realizado el 3 de noviembre de este año, “ha supuesto una reducción de emisiones de 1,4 toneladas de CO2 a la atmósfera”. Y “se trata de la primera iniciativa surgida del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por Repsol e Iberia el pasado mes de julio, que contempla en su programa el desarrollo de combustibles para aviación de bajas emisiones de carbono”. Una parte del ahorro de emisiones de CO2 se ha logrado también usando un vuelo “verde”, con un ascenso directo a los 31.000 pies que fue la altura de crucero, que se mantuvo 3 minutos antes de iniciar un descenso casi continuo (tuvo que reducir la tasa de descenso al interceptar el localizador de la pista 30.
En el aeropuerto de Madrid – Barajas, el combustible se cargó en el avión mediante un vehículo eléctrico “y en todas las operaciones en tierra (carga y descarga de equipajes, asistencia al avión y remolcado hasta la pista de despegue) se ha recurrido a los vehículos más eficientes que Iberia Airport Services ha desplegado en toda su red de aeropuertos en España, como el mototok, un avanzado vehículo eléctrico dirigido por control remoto para realizar la maniobra de push back al avión” han señalado desde Iberia.
El biocombustible empleado en el vuelo es el tercer lote fabricado por Repsol y el primero del mercado español producido, como decimos, a partir de residuos. Los otros dos lotes se produjeron a partir de biomasa en las refinerías de Repsol en Puertollano y Tarragona.
Desde Iberia también han señalado sobre este vuelo que: “Supone un primer hito en la hoja de ruta del convenio, que contempla próximos vuelos con biocombustibles con baja huella de carbono con el objetivo de lograr una movilidad más sostenible y eficiente en el sector de la aviación, donde la electrificación no es viable por el momento, el hidrógeno renovable requiere un avance tecnológico en los aviones, y los biocombustibles serán durante los próximos años la opción más rápida y eficiente para reducir las emisiones en el transporte”.
Hay que hacer notar que mientras Iberia acaba de completar este segundo vuelo con biocombustible, otras aerolíneas llevan varios años haciendo uso regular del mismo en sus operaciones diarias.
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