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Especial 50 Años llegada del hombre a la Luna

China y su importante programa para visitar la Luna

Puesta en órbita el 7 de diciembre de 2018, Chang’e 4 sigue en funcionamiento (crédito CNSA)

Retornar a la Luna también ha despertado el interés de los líderes políticos de China e India, que junto a Rusia, Japón e incluso Israel han aprobado planes para continuar con la exploración lunar.

Pero la Luna tiene más aspirantes que Estados Unidos,  y el más importante es China. El programa de exploración lunar de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) es el más ambicioso de todos los existentes. Sus orígenes se remontan a la década de los 90 y está estructurado en cuatro etapas operativas, que se han ido cumpliendo de forma rigurosa.

Cada misión sirve para probar y validar tecnologías, de forma que la siguiente es un paso más en su objetivo final de acumular conocimientos e información clave para que sus astronautas puedan alcanzar la superficie lunar en el horizonte de 2030 con las máximas garantías de ida y regreso.

Cada misión Chang’e acumula conocimientos para que los astronautas chinos pisen la Luna en la década de 2030 (crédito CNSA)

Por tal motivo, China ha asignado la máxima prioridad a sus misiones robóticas a Selene, la diosa lunar en la mitología griega y el nombre con el que también se conoce a la Luna, aunque las autoridades de Pekín quieren evitar a todo costa dar la sensación de querer competir con Estados Unidos en una segunda carrera espacial.

Todas las misiones robóticas chinas hasta la fecha han sido bautizadas Chang’e, lo que significa Diosa de la Luna en la mitología china. La próxima misión es la Chang’e 5, cuyo despegue está previsto para finales de 2019. Artefacto de 3,78 toneladas y mayores dimensiones que sus antecesoras, consta de tres módulos, uno de ellos para traer a la Tierra unos 2 kilos de muestras de la superficie lunar.

El despegue de Chang’e 5 está previsto para finales del presente año

Las siguientes misiones ‒Chang’e 6, 7 y 8‒ ya están aprobadas. La Chang’e 6 está planeada para despegar en 2023. De diseño similar a la Chang’e 5, se posara en el polo sur, donde estudiará la topografía, el subsuelo y recogerá muestras para traerlas a la Tierra.

La Chang’e 7 será una sonda de nuevo diseño y contará con un módulo de descenso mejorado y un vehículo todo terreno que también trabajará en las inmediaciones del polo sur. Su despegue también está planeado para 2023. En fechas recientes Pekín y Moscú han acordado coordinar sus programas Chang’e 7 y Luna 26 o Luna-Resurs. Luna 26 es una misión bajo la responsabilidad de la corporación rusa NPO Lavochkin que pretende estudiar el satélite desde una órbita entre los 50 y 100 kilómetros.

Chang’e 3 es la primera sonda lunar china dotada con Yutu, un vehículo todo terreno de exploración (crédito CNSA)

La Chang’e 8 también está planificada para posarse sobre el polo sur, pero en 2027. Se desconoce si su diseño y características serán semejantes a las de Chang’e 7, ya que fuentes oficiales chinas admiten que ha sido concebida para “probar las tecnologías que deben permitir la construcción de una base lunar compartida con otros países”.

Mientras tanto, la sonda Chang’e 4 puesta en órbita el 7 de diciembre de 2018 sigue operativa. Semejante a la Chang’e 3, su módulo de descenso se posó el 3 de enero de 2019 en la cara oculta de la Luna con el vehículo todo terreno Yutu-2, que continua en servicio.

Puesta en órbita el 7 de diciembre de 2018, Chang’e 4 sigue en funcionamiento (crédito CNSA)

Las anteriores misiones fueron la Chang’e 1, lanzada el 24 de octubre de 2007, que evaluó los recursos naturales del satélite y generó un mapa 3D de alta definición para sus futuras misiones de descenso. Su labor terminó el 1 de marzo de 2009 cuando fue estrellada de forma controlada contra la Luna. Chang’e 2 voló el 1 de octubre de 2010, escaneó la Luna con mayor detalle, sobrevoló el asteroide 4179 Toutatis en 2012 para después dirigirse al sistema solar exterior y sigue en funcionamiento a unos 250 millones de kilómetros de la Tierra.

Chang’e 3 fue lanzada el 2 de diciembre de 2013 con un módulo de descenso y un vehículo todoterreno 6×6 de 140 kilos y 1,5 metros de longitud llamado Yutu ‒conejo de jade en mandarin, la mascota de la diosa de la Luna‒, que se posó el 14 de diciembre de 2013. Yutu dejó de transmitir el 3 de agosto de 2016, pero el telescopio ultravioleta del módulo de descenso sigue funcionando.

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