El COVID-19 se ha llevado por delante el programa de investigación de aviones eléctricos de Airbus y Rolls-Royce.
Lanzado originalmente en 2017 por Airbus, Rolls-Royce y Siemens, el programa de demostración E-Fan X estaba destinado a probar tecnologías en vuelo para electrificar aviones, usando, desde 2021 un avión AVRO RJ100 al que se sustituiría uno de sus motores por uno híbrido-eléctrico para vuelos de prueba.
Ahora, Grazia Vittadini, directora de Tecnología en Airbus se ha encargado de anunciar que Airbus y Rolls-Royce, los dos socios que quedaban después de que Siemens decidiese retirarse, han acordado poner fin al mismo.
Vittadini, al hacer este anuncio ha señalado que descarbonizar la aviación sigue siendo una prioridad para Airbus, “Nos mantenemos firmes en nuestra creencia de que no hay un mundo en el que el futuro de los viajes aéreos no sea uno sostenible”. Pero explica que el E-Fan X es un programa que se queda corto a la hora de lograr esta eliminación de las emisiones de CO2 en un mundo post COVID-19, y por eso han decidido, junto a Rolls-Royce terminarlo: “descarbonizar la industria de la aviación no es poca cosa. Para lograr esto, necesitamos reenfocar todos nuestros esfuerzos en las baldosas tecnológicas que nos llevarán allí”.
Para Vittadini, en este tiempo el E-Fan-X ha logrado en gran medida los objetivos que se habían marcado de expandir los límites mediante la prueba de tecnologías disruptivas: “El E-Fan X ha destrozado las nociones preconcebidas de lo que es posible en el futuro del vuelo. Esto nos ayudó a allanar el camino para un movimiento de descarbonización en toda la industria del cual nos enorgullece tomar la iniciativa”.
Entre los campos donde se ha avanzado especialmente han sido en las arquitecturas híbridas, sistemas de alto voltaje y las baterías, que son algunas de esas indispensables baldosas tecnológicas que formarán el camino para la descarbonización de las que había citado. Estas se usarán en otros programas de demostración dentro de los planes de investigación y desarrollo para diversificar las fuentes energéticas.
Continuó señalando que “explorar las posibilidades y limitación de la propulsión híbrida-eléctrica en serie también abrió la investigación sobre nuevas vías tecnológicas. El hidrógeno es uno de ellos, lo que constituye al mismo tiempo una gran oportunidad y un nuevo desafío”.
Finalizó destacando que sus trabajos han ayudado a poner los cimientos “para que toda la industria acepte ampliamente y se apruebaen las regulaciones de aviones comerciales con propulsión alternativa”.
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